Las tabletas y los lectores electrónicos compiten por usuarios mexicanos

Las tabletas y los lectores electrónicos se disputan la preferencia de los usuarios, en el incipiente mercado mexicano de los libros online.

La superioridad entre unos y otros varía según sus características, pero lo cierto es que se necesitan más de estos dispositivos en manos de los usuarios para desarrollar el mercado de los contenidos electrónicos, coinciden especialistas consultados.

Con la presentación del lector Papyre el jueves pasado , Gandhi se convirtió en la primer cadena mexicana de librerías en vincular directamente un lector electrónico a sus contenidos en internet. A diferencia de otros dispositivos, Papyre redirecciona a sus usuarios para entrar directamente a la tienda en línea de Gandhi, comprar y descargar alguno de los 300,000 títulos disponibles.

El lanzamiento del dispositivo forma parte de una “visión estratégica hacia la parte digital”, dijo a CNNMéxico Alberto Achar, gerente de Mercadotecnia de la librería. Esta visión incluye un espacio físico en sus librerías, donde los clientes podrán descargar y digitalizar contenidos, lo que permitirá a escritores ampliar sus posibilidades de difusión, según el ejecutivo.

“Es evidente que existe una tendencia hacia la parte digital”, aseguró Achar. “Nosotros como empresa queremos que la gente lea y estamos tratando de ofrecer todas las opciones, desde la parte en papel hasta la parte electrónica”, dijo.

Entre puntos y bytes

En un escenario mundial dominado por la iPad de Apple, que inauguró en 2010 la era de las tabletas, los lectores electrónicos son la mejor opción para quienes priorizan la calidad de la lectura entre los atributos de un dispositivo, aseguró Eduardo Gorodzinsky, director general de Papyre, la empresa que fabrica el lector de Gandhi.

“En la experiencia de lectura no hay ningún aparato ni ninguna tecnología en el mundo que funcione mejor que la tinta electrónica”, afirmó Gorodzinsky sobre la base tecnológica del Papyre de Gandhi, también conocida como E-Ink.

A diferencia de las tabletas, cuyas pantallas emiten luz traducida en letras o imágenes gracias a unidades de color conocidas como pixeles, los lectores adhieren tinta electrónica a sus pantallas sin luz. El principio es similar a los pequeños pizarrones de juguete que se comercializaban hace algunos años, según el ejecutivo.

El resultado de la tinta electrónica es una disminución notable en el reflejo de la pantalla —se puede leer bajo luz directa del sol, como en papel—, además tienen una mayor duración de la batería y una interfaz sencilla en comparación con  tabletas como la iPad .

El lado negativo de esta tecnología no permite una descarga rápida de las páginas al navegar en internet y ofrece posibilidades muy limitadas para reproducir aplicaciones de video y audio.

Sin embargo, la diferencia sustancial en términos de lectura no está en las características técnicas de los dispositivos, sino en la capacidad de ofrecer a los usuarios experiencias narrativas novedosas, un campo donde las tabletas superan a los lectores tradicionales, asegura el académico Fernando Gutiérrez, director del Departamento de Comunicación del Tecnológico de Monterrey.

“Son experiencias distintas, completamente diferentes. (...) La tableta es mucho más rica en términos de lo que esperan las personas que están envueltas en este nuevo entorno digital”, afirma Gutiérrez.

Ambos permiten insertar marcadores, subrayar fragmentos, hacer comentarios o revisar el significado de un término en diccionarios integrados en el dispositivo. Pero otras posibilidades de narración dependen del aprovechamiento que hagan autores y editoriales de las herramientas tecnológicas. “En la medida en que aparezcan contenidos mucho más ricos que puedan enganchar al lector y puedan explotar la capacidad que brindan estos dispositivos, mayor será el impacto que tengan en el mercado”, aseguró el académico.

Una puerta para la lectura

La oferta de dispositivos representa una posibilidad para recuperar el hábito de la lectura en un país donde la gente lee menos de tres libros al año en promedio, según el último reporte de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem).

Además, la venta de libros impresos disminuyó casi 7% de 2008 a 2009, una reducción similar a la ocurrida entre 2007 y 2008, según el mismo reporte.

Internet y otras formas de lectura electrónica podrían ser la explicación de esta tendencia a la baja en la venta de libros, según Gutiérrez. “La gente está leyendo ese tipo de contenidos, nada más que no lo hacen en un medio tradicional, sino que están leyendo en estos medios (digitales)”.

La venta de libros electrónicos en México no alcanza ni el 1% de la venta total de libros, mientras que en España y otros países de Europa ronda el 2% y en Estados Unidos supera el 7%, de acuerdo con Alberto Achar, quien comentó que la cifra en México es difícil de calcular debido a lo poco desarrollado del mercado. La tienda en línea de Gandhi registra casi 300 descargas de libros al mes, detalló el encargado de Mercadotecnia de la librería.

“La industria debe reaccionar y entender que la nueva forma con la que está vinculada la nueva generación para la lectura es ésta, ligada a las tabletas y a este tipo de dispositivos móviles”, afirmó el académico del Tec de Monterrey.

Las autoridades y la industria de la lectura lo saben y tratan de tomar cartas en el asunto.

“Vivimos una revolución tan importante como la que se vivió en los tiempos de Gutenberg (...) No podemos quedarnos al margen de esto”, dijo Laura Emilia Pacheco, directora general de publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) hace unos días, en la víspera de la inauguración de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil 2011.

Aunque no todos están de acuerdo. El desarrollo desmedido del libro electrónico también representa una amenaza para las letras y la cultura, aseguró este domingo el Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, quien considera que no se trata de un mero soporte, sino de algo que influye en los contenidos.

“Por eso, yo soy partidario de que el libro de papel sobreviva junto al digital, que ambos coexistan, porque creo que si el mercado queda enteramente en manos del libro digital, el futuro de la literatura, tal como la entendemos hoy en día y como la entendíamos en el pasado, está amenazado", dijo Vargas Llosa en entrevista con la agencia EFE, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara .

La aparición de formatos de lectura electrónicos no supone la desaparición de los libros tradicionales de papel, según Alberto Achar. “Las dos opciones van a convivir durante mucho tiempo”, dijo.

¿Crees que los libros digitales amenacen a los impresos? ¿Qué pantalla prefieres; la de tabletas que permite mayor despliegue de gráficos, o la de lector electrónico que facilita la lectura? Comparte tus opiniones en la sección de comentarios.