Los candidatos políticos y sus enemigos no pueden engañar a la web
A botepronto, podrán comprar todos los periódicos del día en algún pueblo, hacer que los editores soslayen su pifia, que canales de televisión no se mofen de sus errores en horario estelar, pero no borrar críticas en las redes sociales e internet, sin un trabajo previo de blindaje.
“Google no elimina un resultado de búsqueda porque no le gustó a alguien”, dice Daniel Molano Fajardo, director de operaciones de Virket. “Twitter no sé. Pero que yo sepa, no se ha podido borrar una opinión pública de las redes”.
Una consultoría de expertos en campañas en redes sociales y posicionamiento en buscadores (SEO) agrega que por lo general los políticos mexicanos no le dan importancia a las redes hasta que pasan un mal rato en ellas.
Por ejemplo, el escándalo que desató Peña Nieto en las redes después de dar una conferencia de prensa en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y no poder responder qué es lo que lee . Su hija comenzó un pleito con los tuiteros que terminó en una disculpa pública del candidato.
“Cuando se dan cuenta de que les puede costar la elección, le hablan a uno”, dice Molano Fajardo. “El equipo de Peña Nieto ha hecho todo lo posible por revertir el daño, pero ahí sigue. Ya tuvo el impacto que tenía que tener. Es mejor prevenir que lamentar. Si no lo tienes blindado desde un principio, es difícil, son temas que no puedes resolver de la noche a la mañana. Desplazar los resultados de la noche a la mañana es imposible”.
Dice que si alguien en Twitter está dañando tu imagen es muy difícil bloquearlo desde afuera. Si no eres dueño de la cuenta, imposible hacerla desaparecer.
El poder de las redes sociales
Google, en este momento, es lo más visitado de México. “Son como 40 millones de usuarios al mes, en Twitter son dos o tres millones de usuarios, pero da mucha cobertura mediática. Está tan de moda, que los medios le ponen mucha atención, pero el impacto digital que tiene no es muy alto”, aclara el representante de Virket.
Facebook, agrega, tiene 27 millones de usuarios en México , tiene mucho impacto mediático y digital. Pero las agendas son privadas, poco visibles ante los medios, porque las páginas de amigos muchas veces no son públicas.
The matrix
“Nadie puede engañar a Google”, asegura Jack Fermón, especialista de Productos para Google Latinoamérica.
Cada segundo despliegan inteligencia artificial para asegurarse de ello.
Cientos de robots araña recorren la red, se meten a las páginas, verifican la autenticidad del contenido, analizan su influencia y las registran en gigantescas bases de datos que les dan coherencia dentro de ese universo virtual.
Todo funciona con base en algoritmos.
“Un algoritmo es cualquier método que sirve para resolver un problema, llegar a un fin, en este caso para ordenar una búsqueda de resultados de sitios”, dice Fermón.
Para entender un poco más de las matemáticas y fórmulas que están detrás de las búsquedas y sitio que ocupan las respuestas, Molano recuerda a Altavista.
“Entre más le dieras clic a una página, estabas en los primeros lugares. Llegaron los indios, filipinos y rusos y empezaron a crear robots y software que le picaban a las páginas todo el tiempo, con lo que se volvieron irrelevantes y comerciales los resultados de búsqueda”, explica Molano.
Fermón dice que Google funciona distinto. “No ponemos los resultados que tienen más clics más arriba, sino lo que consideramos más relevante ”.
“Son procesos distintos. Primero, servidores a los que le decimos robots o arañas (crawler), que trabajan como si fueran humanos siguiendo los links de todas las páginas. Van haciendo un índice de todo lo que existe en la red, los contenidos, lo más importante, de dónde viene y qué links contienen”, explica el representante de Google.
Eso es una pequeña parte de la detección de la relevancia de los contenidos.
“Existe otro algoritmo que funciona cada vez que el usuario hace una búsqueda en Google. Dependiendo de eso va a darle todos los resultados que tengan que ver con ese tema y los acomoda según cree que son más relevantes. Para detectar la relevancia ocupamos unas 400 variables, parte de ellas no son públicas y parte sí”, agrega Fermón.
Entre las variables que dan orden y sentido a ese universo que se ha vuelto indispensable en nuestras vidas, está el título de la página, en qué directorio está y el contenido.
“Nuestro sistema es inteligente, como para detectar si alguien menciona si se fue en su auto a Acapulco, o si son opiniones en una agencia de autos, por el número de repeticiones, por posición, por acomodo, le damos más valor si está en el título o en el contenido”, pone de ejemplo.
“Otras variables se toman en cuenta con las búsquedas, con tu historial de búsqueda. Si estás registrado en Google, podemos, entre comillas, leer tu comportamiento de búsquedas anteriores. Sabemos, por ejemplo que te gustan las bicicletas, porque haces 10 búsquedas de bicicletas, y dices que vas de vacaciones a Cancún. Probablemente acomodemos un resultado de bicicletas en Cancún”, dice Fermón.
Otra variable son las recomendaciones
Una página, la de CNN por ejemplo, apuntando a otro artículo de un blog. Eso, a los ojos de Google, es como un voto, una recomendación de calidad.
Justin Bieber, WikiLeaks y Peña Nieto tal vez son palabras que se repiten mucho entre la gente y los medios. Pero si los medios con influencia en internet no los retoma, no saltan a la vista de inmediato.
Las ligas de calidad, las recomendaciones, son lo que cuenta. No la masa.
“Google está muy cubierto en eso. Hubo un punto en que los hackers comenzaban a crear 10,000 blogs para ganar espacios. En Google y en su empresa buscan ligas de calidad. Sus filtros son inviolables”, dice Molano. “No te puedes posicionar a menos que tengas recomiendaciones de terceros de calidad. Cómo mides la calidad de un usuario de Twitter, con base en sus seguidores”.
El representante de Virket dice que la mención de un líder de opinión con 20,000 followers vale más que 100,000 cuentas falsas.
El riesgo de la guerra sucia
“En una contracampaña, tienen que ser líderes de opinión los que la protagonizan, pues ellos impulsan los contenidos”, explica. “Sí puedes desplazar información, pero necesitas muchas, muchas páginas de calidad de tu lado. Tendrías que convencer a los medios grandes con fuerza en internet y los líderes de opinión, para manipular los resultados. Si no son referenciados por páginas fuertes y por líderes de opinión, no suben”, advierte Molano.
Fermón asegura que no existe la censura, que eso es casi imposible.
“No se censuran ni temas controversiales, ni políticos, en el ranking aparecen las palabras o temas por la relevancia que tienen solamente. El algoritmo es, entre comillas, cerrado. Solamente desclasificamos páginas que no son relevantes o que trataron de hacer algún truco para intentar estar mejor posicionadas. Automáticamente están peor”, asegura el representante de Google.
Fermón agrega que más de 1,000 años hombre se han invertido en desarrollar sus algoritmos de búsqueda y que en todo momento realizan entre 50 y 200 experimentos.
Escándalo en primera página
“Sí lo puedes blindar para que no pase el escándalo, pero una vez que pasó es difícil detener los hechos”, agrega Molano, al referirse de nuevo al caso Peña Nieto.
Y recuerda el caso de Carmen Aristegui, cuando salió de la estación en donde trabajaba, que se generó un gran tráfico en redes, hasta que regresó a su puesto nuevamente.
“Hay tanto ruido, tanta mención en el momento, que es muy complicado detenerlo de la nada. Por eso los contratos de manejo de imagen y reputación, son de un año o más. Cómo frenar el impacto en un par de días. Imposible”.