Las guerras, revoluciones y armas ya se fabrican y se luchan en internet
Liderados por un ejército de “geeks con conciencia”, una red de activistas digitales está emergiendo de las sombras para desafiar las restricciones de los gobiernos represivos alrededor del mundo.
Sascha Meinrath es parte de ese ejército.
Trabajando con un equipo de expertos en tecnología dentro de un edificio de aspecto común en el centro de Washington, DC, Meinrath está desarrollando nuevas tecnologías que algún día podrían ser utilizadas para evadir a censores del gobierno y policías secretas. “Puedes imaginar cualquier punto importante del mundo, y nosotros hemos estado en contacto con gente de allí”, dijo a CNN.
El grupo combate los intentos de los gobiernos de Irán, Siria, Cuba y otras partes del mundo de reprimir la libertad de expresión tanto en público como en línea .
Desde que llegó al poder, el gobierno de Obama ha apoyado activamente la construcción de desviaciones contra los censores de internet en ambientes represivos como Irán y Siria, permitiendo a los activistas comunicarse entre sí y organizarse sin la amenaza de la vigilancia de los gobiernos que están tratando de derrocar.
Se han otorgado subvenciones por un valor de más de 70 millones de dólares para organizaciones no gubernamentales que desarrollan tecnologías para ayudar a los activistas dentro de países represivos a mantenerse conectados, independientemente de los esfuerzos del gobierno para mantenerlos callados.
Reconociendo que no hay un remedio mágico que funcione en todo el mundo, el Departamento de Estado de Estados Unidos está actualmente apoyando el desarrollo de más de 20 tecnologías de evasión distintas . También ha financiado investigación sobre el grado de represión y las tácticas utilizadas en línea por los distintos países.
Hasta la fecha, el programa ha capacitado a cerca de 8,000 activistas de todo el mundo.
El programa ha evolucionado desde técnicas para eludir cortafuegos (firewalls) gubernamentales de internet hasta el desarrollo de tecnologías móviles que pueden utilizarse en teléfonos celulares y otros dispositivos portátiles mucho más difíciles de vigilar.
El equipo de Meinrath está desarrollando una tecnología de este tipo, financiada parcialmente por el Departamento de Estado.
El mayor reto, dijo, es desarrollar un formato fácil de usar. “Muchas de las tecnologías son fenomenales, (pero) simplemente no son útiles para no-geeks”, dijo Meinrath, que dirige la Open Technology Iniciative de la New America Foundation, una organización de investigación no partidista.
Una vez activados y listos para su despliegue en el campo, los equipos como el de Meinrath se reunen con activistas digitales en todo el mundo para entrenarlos sobre la tecnología.
Su último proyecto, llamado Commotion, se basa en la tecnología 'red en malla' que convierte a un teléfono celular o computadora en una red inalámbrica sin estar conectado a un gran concentrador centralizado que puede ser fácilmente vigilado por un gobierno.
Los usuarios de esta tecnología, en teoría, podrán enviar mensajes entre dispositivos cargados con el software. Cada dispositivo actuaría como su propio nodo o 'antena de telefonía móvil' y, por lo tanto, evitarían cualquier red oficial del gobierno. Entre más gente lo use, más nodos aparecen y la red se multiplica.
El programa se descargaría directamente a un teléfono o una computadora sin tener que reemplazar el actual sistema operativo.
“El objetivo es crear tantos vectores distintos como sea posible para que la gente pueda descargar esto”, dijo Meinrath. “Podrías compartirlo a través de Bluetooth entre dos dispositivos y se convertiría en tu manera de intercambiar software desde un dispositivo hacia múltiples dispositivos”.
Una parte clave del proceso es desarrollar infraestructura segura para la tecnología que pueda ser confiable para quienes la usan.
El equipo de Meinrath está “reuniendo una gran cantidad de inusuales clientes potenciales”, desde laboratorios de investigación e incluso entre la comunidad hacker , para encontrar una manera de mantenerlos seguros en ambientes represivos.
Josh King, miembro del equipo de Commotion, dijo que la seguridad es “un reto desde el punto de vista del diseño, ya que tiene que ser descentralizada y protegida de las amenazas, tanto dentro como fuera de la red”.
Hasta que la seguridad del software esté garantizada, el programa no será implementado para su uso por temor a poner la vida de alguien en una situación de riesgo innecesario , dijo Meinrath.
“Es más barato poder dar (a los activistas digitales) las herramientas para poder hacer su trabajo efectivamente, que pasar años tratando de sacar a uno a dos cuando ya los encarcelaron ”, dijo un oficial de Departamento de Estado de Estados Unidos.