Una 'roboardilla' estudiará el comportamiento entre roedores y víboras
Esto podría sonar descabellado, pero los investigadores estadounidenses están empleando ardillas robot para aprender más acerca de la manera en la que interactúan con su principal depredador, las víboras de cascabel.
Un equipo de la Universidad de California construyó el robot con apariencia de ser vivo, que puede imitar dos conductas clave que se observaron en la vida silvestre de las ardillas al enfrentarse a depredadores.
La investigación de Donald Owings , profesor de psicología en UC Davis, observó que, en lugar de emprender la huida, las ardillas se acercan a la víbora “acercando la cabeza primero, alargándola, mientras mueven la cola de un lado a otro”.
También descubrió que las colas de las ardillas se calientan, lo cual es detectado por el sensor infrarrojo de la víbora.
Pero en la vida silvestre no hay forma de separar el calor del movimiento, según los investigadores. Y es ahí donde entra el robot.
Los investigadores pusieron a la roboardilla en un campo cerca de San José y colocaron una cámara cerca de una víbora a la caza antes de ocultarse. Según ellos, las víboras parecieron aceptar la presencia del robot y percibirlo como si fuera real pues, incluso, una de ellas le mordió la cabeza.
Esto no suele suceder en la vida salvaje, afirma Clark, debido a que las ardillas cuentan con una increíble capacidad de esquivar el ataque de una víbora.
“Es raro que las víboras ataquen a una ardilla adulta que mueve la cola y, cuando lo hacen, casi nunca dan en el blanco”, comentó Rulon Clark, profesor adjunto de biología en la Universidad de San Diego.
Aún no queda claro por qué las ardillas se acercan a un depredador tan mortífero, pero Clark cree que quizá intenten determinar la naturaleza de la amenaza. En ocasiones, las víboras abandonan la zona luego de un ataque.
La roboardilla entró en la larga lista de criaturas creadas por UC Davis, donde también se encuentra una lagartija robot , que se utilizaba en la investigación del comportamiento de la lagartija anole en la selva puertorriqueña.
Otros vieron la posibilidad de utilizar un urogallo (o gallo de monte) para estudiar su apareamiento en condiciones silvestres.
