Por qué amamos a Shigeru Miyamoto, el papá de Mario Bros.
Nota del editor: Hugo A. Juárez es un comunicólogo geek y coeditor de la revista mexicana de videojuegos GameMaster . Ha escrito profesionalmente sobre videojuegos durante seis años. En 2010 entrevistó a Shigeru Miyamoto en el Electronic Entertainment Expo realizado en Los Angeles, Estados Unidos. Se califica como aprendiz permanente y puedes seguirlo en Twitter en @poketronik
(CNNMéxico) — La genialidad de Shigeru Miyamoto, ganador del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2012, va más allá del bigote y el overol que caracterizan a su creación más famosa: Mario Bros.
Miyamoto nace el 16 de noviembre de 1952 en Sonobe, cerca de la ciudad de Kyoto, en el centro de Japón. El pueblo Sonobe ya no existe —fue fusionado con otras pequeñas poblaciones para formar la ciudad Nantan en 2006— pero dejó su nombre en decenas de lugares que puedes recorrer virtualmente en Google Maps y Google Street . Es en esa zona rodeada de bosques donde Miyamoto exploró, en su infancia, senderos que lo llevarían a crear las historias que han fascinado a la generación digital.
Experiencias sencillas pero memorables
The Legend of Zelda, una de las sagas más aclamadas de Miyamoto, que cuenta ya con alrededor de 20 entregas distintas, nació en esos bosques cercanos a Sonobe. En este título, protagonizado por el héroe Link, el jugador debe explorar arboledas, castillos, desiertos y montañas para hacerse cada vez más fuerte con el fin de rescatar a la princesa Zelda.
Un día que Miyamoto practicaba senderismo, encontró cuevas, a las que se metió a explorar, y un lago, según una entrevista reseñada en el libro Game Over: How Nintendo Zapped an American Industry, Captured Your Dollars, and Enslaved Your Children (Game over: cómo Nintendo golpeó a la industria americana, capturó tus dólares y esclavizó a tus niños). La sensación laberíntica que caracteriza a los escenarios de The Legend of Zelda viene de cuando se aventuraba al campo sin mapa, tratando de hallar su camino y topándose con cosas increíbles.
Eso caracteriza la obra del ganador del Príncipe de Asturias: su capacidad para trasladar esas experiencias sencillas pero memorables, inherentes a todo ser humano, a juegos de video accesibles para todos.
Así, extrae sus temáticas directamente de la observación del mundo que le rodea. Cualquier fuente de curiosidad o de pasión para Miyamoto basta para crear sus juegos. Puede ser el comportamiento animal (como en Donkey Kong) o las alcantarillas de Nueva York (como en el original Mario Bros.).
Pilar de Nintendo
Tras graduarse de Diseño Industrial por la Universidad de Artes Industriales de Kanazawa, Miyamoto no encontró trabajo de inmediato.
En 1977 entró a trabajar a la compañía que ha sido su hogar durante más de 30 años: Nintendo. Ahí se desempeñó primeramente como diseñador, pero muy rápido se convirtió en uno de sus principales pilares. ¿El culpable?: un triángulo amoroso entre un carpintero, un gorila y una muchacha: Donkey Kong. Ese juego puso a Nintendo en el radar de los consumidores estadounidenses para no salir jamás. Eventualmente Donkey Kong fue un éxito en todos los territorios.
Miyamoto tiene una imaginación muy inquieta, tanto que los asesores de Nintendo le recomendaron no complicar demasiado las cosas, debido a limitaciones tecnológicas. Ahora, en Nintendo, Miyamoto se dedica a asesorar sobre desarrollo de nuevas tecnologías, y ya dejó en manos de otras personas a sus grandes sagas .
¿Cuál es su definición del juego perfecto?: "No creo que exista, pero creo que una de sus características sería que su control hiciera más fácil el jugarlo y que cuando la gente lo pruebe por primera vez le sea muy fácil entender claramente por qué es divertido", dijo Miyamoto en entrevista en 2010.
Fontanero de bigote a la italiana
En 1983 un personaje extraído de Donkey Kong protagonizó su propio juego. El antes carpintero, cambió de oficio; se convirtió en un fontanero italiano bigotón, y junto con su hermano Luigi se dedicó a limpiar las tuberías de molestas tortugas y monstruos. Miyamoto lo bautizó como Mario Bros. y le dio una personalidad totalmente distinguible que a la larga lo convertiría en un icono .
Antes de Shigeru Miyamoto, los protagonistas de los videojuegos no tenían cara ni personalidad, y vivían en mundos grises y mecánicos. Por primera vez quedó demostrado que los juegos de video podían servir para contar historias y que su objetivo no tenía que ser solamente el acumular puntos para romper récords, como se acostumbraba en los títulos de la época. Gracias a esa ambición narrativa, hoy los videojuegos son reconocidos como arte; sus títulos, como historias, y reconocidos por la Academia de Bellas Artes como dignos para ser admirados y honrados en las paredes de museos como el Smithsonian, en Washington , y el Grand Palais de París , a la altura de mirós y cézannes.
"Como los libros, obras de teatro y películas que están protegidos y les preceden, los videojuegos comunican ideas, e incluso mensajes sociales, a través de muchos recursos literarios familiares (como personajes, diálogo, trama y música) y a través de características distintivas del medio (como la interacción del jugador con el mundo virtual)", dictó en 2011 la Corte Suprema de Estados Unidos .
En 2006, Miyamoto fue hecho caballero por la Orden de las Artes y las Letras francesa.
El equipo lo es todo
El elemento humano detrás de la tecnología es sólo otra de las pasiones de Miyamoto.
Además de demostrar esto con la creación de Mario Bros. y Link, homenajea en vida y cada vez que puede a los equipos que trabajan con él: en el multipremiado Super Mario Bros. 3, el diseño de cada uno de los hijos de Bowser (el enemigo por excelencia del fontanero) está inspirado en la apariencia y personalidad de siete de los programadores que trabajaron con él en la creación de dicho título, según el ranking Los 100 mejores videojuegos, de IGN .
En su discurso al recibir el Príncipe de Asturias, Miyamoto volvió a agradecer a todas las personas que han trabajado a su lado.
Popeye, Excitebike, Ice Climber, Kid Icarus, Mother, F-Zero, Pilotwings, Super Mario Kart, Star Fox, Killer Instinct, Pokémon, Mario Party, Pikmin, Nintendogs, Wii Sports, Wii Fit y Wii Music son sólo algunos de los éxitos de la industria en los que Miyamoto ha sido acreditado como director, productor o diseñador, a la par de estar involucrado en el diseño de las consolas más exitosas de Nintendo.
Miyamoto también es apasionado de sus propias creaciones: en sus apariciones públicas se pone camisetas con el logo de sus juegos y jamás pierde la oportunidad de posar para las fotos junto con las botargas de Mario Bros.
Sin embargo, hoy en día no tiene mucho tiempo para jugar. Pasa la mayoría de su tiempo libre tocando algún instrumento como la guitarra, el banjo o la mandolina y tiene el pasatiempo de criando perros.