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El misterio del globo meteorológico de CNN, ¿qué salió mal?

Un experimento integrado por un globo con helio y cámaras de video no ascendió a la altura esperada y ahora un equipo busca la carga
mié 27 junio 2012 12:47 PM

Nota del Editor: El bloguero invitado en Light Years es Mark Sudduth, de hurricanetrack.com , se unió al proyecto de CNN  lanza un globo meteorológico equipado con cámara de video , el cual tiene como objetivo llegar a la parte alta de la atmósfera en el borde del espacio. La misión suponía muchos retos. Aquí está la narración de Sudduth de lo que salió bien, y lo que salió mal.

(CNN) — La idea es simple: envía una carga al borde del espacio usando un globo de helio, síguelo con un GPS de tecnología avanzada y recupérala después de que el globo explote a la altura prescrita. Suena como una idea emocionante, ¿verdad? Créanme, lo es.

Hace como dos semanas recibí una llamada del productor de CNN, Chris Erickson, quien me solicitó ayuda para aconsejar a su equipo sobre un proyecto que tenía con CNN International Newsource.

Trabajamos para añadir el cubo de un micrófono con el emblema de CNN y un peluche, (que fue adaptado para parecerse a un camión satelital de CNN) a la carga. Esto nos permitiría tener buenas tomas de esos objetos mientras la carga se elevaba. También nos aseguramos de que cada cámara GoPro estuviera lista. Todos trabajamos para unir el paracaídas y después llenar el globo con helio, necesario para que la carga se elevara lo suficiente para llegar, tal vez, hasta la frontera con el espacio.

Desha y Kerry trabajaron juntos para inflar el globo. Era tiempo de dejar que Yeager iniciara su viaje , con la ayuda del personal del Servicio Meteorológico Nacional, quienes se preparaban para lanzar su propio globo meteorológico.

Con una multitud de reporteros internacionales observando, Desha sostuvo a Yeager y realizó la cuenta regresiva. Después lo soltó y comenzó a elevarse. Todos aplaudimos y nos felicitamos entre nosotros por el trabajo realizado. Hasta ahora todo iba bien.

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Rastreamos la carga con la ayuda del dispositivo APRS, unido a una hielera de poliestireno. Cada dos minutos recibíamos una señal que aparecía en el sitio APRS. Yeager ascendió a los 3,000 metros de altura en poco tiempo. Desha y su hijo estaban aliviados, sus esfuerzos rindieron frutos. Ahora esperábamos a ver qué tan alto podía llegar el globo antes de explotar.

Algo había salido mal y el globo había explotado a los 20,110 metros de altura, esa noticia nos llegó de un colega que lo estaba monitoreando desde Nevada.

Para muchos esto hubiera sido una buena noticia, pero no para nosotros.

Queríamos que alcanzara los 30,400 metros o más.

Tal vez el globo estaba demasiado inflado con helio, lo que lo haría explotar mucho antes. Tal vez tenía algún defecto; no lo sabíamos con seguridad. Sólo le tomó unos cuantos minutos caer de regreso a la Tierra. Esto no era una buena señal. El sistema de rastreo satelital, el localizador SPOT, nos indicaba que había caído cerca de Griffin, Georgia, tal vez cerca de algún río en el bosque. Por su parte, el APRS mostró que el último reporte provenía de algún lugar a 1.6 kilómetros. ¿Por qué la discrepancia? Pronto conoceríamos la amarga respuesta.

Encontramos el localizador SPOT adherido a un pedazo del paracaídas y del globo, mezclado con partes del marco de la carga. Sin embargo, la carga no estaba ahí.

El localizador SPOT nos llevó a ella pero, ¿en dónde estaba la hielera? ¿Dónde estaban las cámaras GoPro? ¿El APRS? ¿El teléfono G1? Ahora que la carga estaba en el suelo, ¿por qué el G1 no nos estaba enviando la señal de su localización? Debimos haber podido ver la red celular local y un reporte de su localización cada 45 segundos. Pero no sabíamos nada ni del APRS ni del G1. Esto fue un golpe a nuestro espíritu. Y para mí significaba encontrar el por qué.

¿Por qué se separó la carga del paracaídas? La respuesta era obvia. La explosión del globo no fue suficientemente potente como para desbaratarlo, dejando sólo un pequeño rastro del látex. En cambio, la mayor parte del globo aún estaba adherida a la cuerda. Esto hizo que el paracaídas, que es mucho más ligero, no se abriera, lo que significa que la carga, el paracaídas y globo que la acompañaban cayeron rápidamente a la Tierra. Las cuerdas se torcieron tanto que el torque rompió el marco de la carga y la arrancó de la hielera. Esto hizo que la hielera cayera en otro lugar, mientras que el enredo del globo con el paracaídas cayeron donde los encontramos junto con el localizador SPOT, perfectamente intacto y bien adherido a la clavija de madera.

La búsqueda

La gente de CNN debía volver a Atlanta. Buscamos en bosques y campos cercanos basándonos en lo que sabíamos por el último informe de posición enviado por la unidad APRS. Después de dos horas de búsqueda, seguíamos sin tener suerte. Luego, nuestro colega en Nevada, Paul Bowman, me llamó para informarme que ¡el G1 acababa de mandar información! ¡Estaba vivo! Me dijo que estaba en una casa.

Nos dirigimos al lugar con ayuda del departamento del comisario local para solicitarle al dueño de la casa información sobre si había visto la carga dentro de su propiedad. Justin Garret, el dueño, dijo que no lo había visto. Le mencioné que teníamos un teléfono G1 que acababa de mandar una señal, se animó y dijo “acabo de encontrar un celular en mi patio trasero hace un rato”. Estábamos sorprendidos; se había topado con el G1 mientras podaba su patio. Lo encendió para averiguar a quién pertenecía. Al hacer esto, el teléfono mandó una señal a ‘casa’ y así fue como Paul supo en ese momento dónde estaba. Hablando de increíbles coincidencias y sincronización. Sabíamos que la carga no debía estar lejos.

Después de pasar el resto de la tarde trabajando junto con la familia Garrett para buscar en toda su propiedad y el bosque adyacente, nos dimos cuenta que quizá el dispositivo APRS continuaba transmitiendo. Pasamos varias horas más batallando contra el calor, humedad, garrapatas, serpientes, arañas, espinas y el lodo intentando localizar a la caprichosa carga. No tuvimos suerte.

El G1 estaba en nuestras manos y sabíamos exactamente en dónde había caído.Teníamos el localizador SPOT y sabíamos en dónde había caído. También teníamos la información sobre la posición del dispositivo APRS, que estaba de alguna forma enmedio de las otras dos. Paul trabajó para detallar la información del GPS y proporcionarnos a mí y a Kelly una posición estimada. Paul estaba 100% seguro que la información dada por el GPS era correcta. La posición que buscábamos ese sábado estaba errada por sólo unos cientos de metros, pero era una gran distancia considerando la densidad del bosque.

Ahora estábamos mucho más seguros que antes de que Yeager, o al menos el dispositivo APRS, habían aterrizado. Sólo había una cosa por hacer: (citando a la serie de televisión 'Lost') “debemos regresar”.

Y eso haremos este viernes, buscar otra vez con información nueva y energías renovadas. También tendremos el equipo necesario, mucha agua y la voluntad de no retirarnos hasta no haber encontrado al menos la unidad APRS. Es como buscar una aguja en un pajar, pero tenemos la ventaja que la aguja nos está indicando donde está.

Yeager vamos por ti, ¡nos vemos el viernes! Manténganse sintonizados.

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