Dos artistas de Estonia crean un juego sobre las Pussy Riot
Angry Birds y las Pussy Riot tienen algo en común. Angry Kremlins es el juego basado en las aves enfadadas con el que puedes ayudar al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y a Kiril, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa, para evitar que las integrantes del grupo punk armen un "alboroto".
Dos artistas de Estonia, Magnus Vulp y Almondi Esco, crearon Angry Kremlins que consideran es una manera de "introducir los juegos como una forma de periodismo serio".
El juego se encuentra en la página creada por los dos artistas, Imepilt, fundada a finales de 2011 . "Para los medios de comunicación siempre ha sido importante traer al lector cerca de la historia contada. La tecnología actual permite hacer un gran salto para lograr eso. ¿Cómo? Partiendo a la interactivo", explican Vulp y Esco en su página.
Los creadores aseguran que hasta el momento sus juegos se habían basado sólo en noticias de Estonia. Angry Kremlins es su primer intento de llegar a una audiencia más grande.
"Estamos agradecidos de la calurosa bienvenida que Angry Kremlins ha recibido en todo el mundo, nos hace muy felices que un simple juego pueda tener su propia voz y peso en asuntos importantes a nivel mundial. Agradecemos a todos por el apoyo y continúen esparciendo la palabra interactiva", señalan.
El 17 de agosto una corte rusa condenó a tres integrantes de la banda punk, Pussy Riot a dos años de cárcel por se encontradas culpables de vandalismo tras protestar dentro de una Iglesia ortodoxa.
Nadezhda Tolokonnikova, Maria Alyokhina y Yekaterina Samutsevich fueron acusadas luego de gritar "Madre María, por favor llévate a Putin", en una protesta en febrero dentro de la Catedral del Cristo Salvador, una de las iglesias más grandes de Moscú.
Las integrantes del grupo fueron acusadas de ofender a los presentes en la iglesia, a través de sus acciones, su ropa y de mostrar falta de respeto a las reglas de la Iglesia ortodoxa.
El domingo, dos miembros más del grupo que también participaron en la protesta huyeron de Rusia para evitar lo que consideran es una persecución del gobierno por hablar contra el presidente Vladimir Putin.
Se prevé que los abogados defensores de las tres jóvenes condenadas apelen sus sentencias.