La última misión de Neil Armstrong: regresar al hombre al espacio
Después de la hazaña de Neil Armstrong como el primer hombre en pisar la Luna, su carrera parecía destinada al estrellato: fue protagonista, junto con sus compañeros Edwin Aldrin y Michael Collins, de premiaciones y desfiles triunfales .
Pero los reflectores no sentaron bien al astronauta . Tras ser nombrado por la NASA como subdirector en la Office of Advanced Research and Technology (organismo de investigación de la NASA), renunció en 1971 para enrolarse como discreto profesor de ingeniería aeroespacial en la Universidad de Cincinatti, puesto que desempeñó hasta 1981.
Posteriormente ocupó la presidencia y puestos honorarios en instituciones de tecnología aeroespacial como Computing Technologies for Aviation, AIL Systems, Society of Experimental Test Pilots y la International Astronautical Federation.
Sus apariciones públicas fueron escasas . Entre ellas se encuentra, en 1982, el discurso de graduación en la Universidad de Cincinatti. En 1994 participó en la celebración del 25 aniversario de la misión Apollo 11 en la Casa Blanca con un mensaje de menos de un minuto. En 2009 dio un discurso durante la celebración por el 40 aniversario de la misión en el Capitolio de Estados Unidos.
Neil Armstrong volvió a la escena pública en 2010 con una misión específica: evitar los recortes del presupuesto del programa espacial estadounidense.
En 2004, el presidente George W. Bush publicó el plan de desarrollo espacial Vision for Space Exploration (La visión para la exploración espacial), con el objetivo de crear, para el año 2014, un transporte espacial apto para tripularse. Era la preparación para un regreso de humanos a la Luna entre 2015 y 2020, y abrir camino para una exploración tripulada del planeta Marte en la década de 2020.
La administración Bush estimaba que el presupuesto de la NASA crecería de 15,000 millones de dólares en 2009 hasta más de 20,000 millones en 2020, como resultado de generosas contribuciones de inversionistas privados en proyectos mixtos. Sin embargo, la crisis económica que explotó en 2008 redujo el presupuesto del organismo : en 2010 el dinero disponible para la NASA fue de 18,690 millones de dólares y se estima que para 2013 será de 17,711 millones de dólares.
A la llegada del presidente Barack Obama a la Casa Blanca a inicios de 2009 un grupo de agencias científicas estadounidenses llamado U.S. Human Spaceflight Plans Committee inició una revisión de los planes de su antecesor para ajustarlos a la realidad económica del país. Fruto de esa investigación, en octubre de 2009 el grupo publicó el análisis Seeking a Human Spaceflight Program Worthy of a Great Nation y que, entre otras cosas, retrasaba el programa Constellation —que agrupaba las iniciativas regresar a la Luna, como una cápsula para astronautas llamada Orión y un cohete para cargas pesadas llamado Ares V— hasta algún momento sin especificar después de 2015, lo que en se convirtió en su cancelación de facto.
En abril de 2010, Neil Armstrong, junto con los astronautas James Lovell (comandante de la misión Apollo 13) y Eugene Cernan (comandante de la última misión estadounidense a la Luna, Apollo 17) firmaron una carta abierta donde señalaban que, "habremos desperdiciado alrededor de 10,000 millones de dólares invertidos en el programa Constellation e igual de importante, habremos perdido los años requeridos para recrear lo que cancelaremos", y concluían con un llamado para que "América decida si desea mantenerse como líder en el espacio".
Un mes más tarde Armstrong y Cernan se presentaron ante el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado de Estados Unidos para defender el presupuesto del proyecto Constellation. Durante su intervención , Armstrong dijo: "Si nuestros líderes permiten que nuestras inversiones humanas y materiales se desvanezcan, otras naciones pondrán pie donde nosotros nos retiremos".
"El final del programa del transbordador espacial (precipitada por el plan de Obama) y la cancelación del proyecto Constellation resultará en la ruptura de equipos de diseño, manufactura, ensayo y operación que será costoso en tiempo y dinero reunir cuando sean necesarios de nuevo", agregó.
Al final de su discurso, el astronauta dijo:" Los cohetes hechos por compañías privadas , hasta donde conozco, su seguridad no ha sido analizada con el rigor de los cohetes existentes", preocupado por la intención del programa espacial del presidente Obama para usar sólo empresas privadas para llevar hombres y carga al espacio .
Pese al esfuerzo de Neil Armstrong, el 28 de junio de 2010 el presidente Barack Obama presentó en la Casa Blanca el documento titulado National Space Policy of the United States of America, que confirmó los planes originales de la administración: una concentración en proyectos no tripulados, la extensión de la vida útil de la Estación Espacial Internacional hasta el final de la década, la cancelación de los proyectos de transbordadores espaciales y Constellation, así como la colaboración con Rusia y empresas privadas para enviar hombres al espacio .
En cuanto a las misiones tripuladas, la nueva política de exploración espacial olvidó los planes de regreso a la Luna y propuso a la NASA el inicio de trabajos exploratorios para una misión tripulada hacia Marte en algún momento posterior al año 2025.
La muerte de Neil Armstrong este sábado dejó a la humanidad sin un pionero, pero también un idealista que buscaba rescatar el espíritu de exploración espacial tripulada que hemos depositado en robots, satélites y retomada por naciones como China, que con el proyecto Chinese Lunar Exploration Program busca replicar el siguiente gran paso de la humanidad en la segunda mitad de la década por venir.