La explosión de 'smartphones' ayuda a 'liberar' a los migrantes en China
Una tarde, dos trabajadores migrantes de 17 años de una provincia cercana a Anhui, en China, acudieron al mercado de electrónicos en Shanghai con un objetivo en mente: comprar un smartphone.
Antes de decidirse por un Samsung Galaxy Ace, con un costo de 1,200 yuanes (aproximadamente 180 dólares), vieron un par de modelos diferentes. Así cambiaron sus viejos teléfonos celulares, que funcionaban para hacer llamadas, enviar mensajes de texto y quizá jugar algunos juegos.
Uno de los migrantes dijo que esperaba ver películas en su nuevo dispositivo. El otro contó que realmente no sabía cómo usar el gadget.
Wang Shenyong, vendedor del puesto de teléfonos celulares, dijo que casi todos sus clientes que han emigrado a Shanghai de cualquier otro lugar para trabajar optan por comprar smartphones en lugar de teléfonos falsos de bajo presupuesto que durante mucho tiempo han sido un elemento básico de la tecnología en las poblaciones marginadas de China.
“Los trabajadores migrantes son diferentes a los de antes”, dijo Wang. “Ahora son más avanzados. Quieren una vida mejor. Utilizan éstos (smartphones ) porque pueden conocer noticias muy rápido y compartir información con otros”.
China está al borde de una revolución de smartphones. La caída de los precios de teléfonos ocasionada por las marcas extranjeras emparejada con fabricantes nacionales produciendo dispositivos cada vez más baratos, combinada con planes de datos más rápidos y más accesibles, significa que China superará a Estados Unidos como el mercado más grande para smartphones ese año, según la empresa de inteligencia de mercado IDC.
Numerosos empresarios trabajan para crear aplicaciones y software para la próxima explosión web móvil que estará alimentada por la adopción generalizada de smartphones.
Incluso los teléfonos simples han permitido que los trabajadores migrantes de China encuentren trabajos, se comuniquen con su familia en casa, se organicen en grupos y accedan a información.
Para las poblaciones migrantes, esta tecnología ha servido para “liberar a trabajadores culturalmente” y “reestructurar la identidad social” de los migrantes, de acuerdo con Pui-lam Law, editor de New Connectivities in China: Virtual, Actual and Local Interactions.
Es difícil decir cuántos migrantes tienen ahora smartphones. La evidencia anecdótica sugiere que su uso, especialmente entre migrantes más jóvenes en áreas urbanas, rápidamente está volviéndose extensa y que la tecnología les permite conectarse con segmentos más amplios de la sociedad china en formas en las que nunca antes había ocurrido.
“China ha tenido una clase trabajadora muy activa e incluso militante”, dijo Jack Linchuan Qiu, un profesor en la Escuela de Comunicación y Periodismo de la Universidad China de Hong Kong, quien investiga tecnologías de información y comunicación y su impacto en movimientos obreros en China. “Siempre han sido socialmente comprometidos pero usualmente permanecen bajo el radar, pero ahora hay una nueva ventana para que nosotros veamos lo que pasa”.
Esta nueva ventana es Sina Weibo, el microblog más grande de China , y conocido como un canal de redes sociales para la clase media. Ahora los trabajadores migrantes comienzan a participar y, en algunas instancias, las personas prestan atención.
Este verano, por ejemplo, una ONG de migrantes detuvo el cierre de una escuela para niños migrantes en Beijing, después de publicar sus quejas en Sina Weibo.
Intelectuales, conductores de televisión e incluso medios estatales, se involucraron en apoyar su causa.
“Todo esto es posible porque tienen smartphones”, dijo Qiu. “Pero el ingrediente más esencial es que los trabajadores quieren que sus voces se escuchen, y enfrentan problemas existenciales. La tecnología no sirve de nada si no se tiene la voluntad política”.
Qiu dijo que esfuerzos similares para detener recientes redadas del gobierno contra grupos por los derechos de los trabajadores en la provincia sureña de Guangzhou no han sido exitosos. “El caso de Beijing fue raro”, dijo. “Fue casi como un pequeño milagro”.
Sin embargo, más migrantes, particularmente aquellos en fábricas, crean lo que Qiu llama “contenido generado por los trabajadores” sobre sus condiciones de trabajo y los comparten con audiencias más extensas. Algunos migrantes obtienen miles de fanáticos en microblogs donde comparten experiencias y sentimientos personales que raramente han sido expresados fuera de sus círculos sociales inmediatos; si lo hacen en lo absoluto.
“Me voy a la cama ahora”, publicó un migrante que escribe bajo el nombre de Blue Piano en Sina Weibo.
“Buenas noches a este mundo hipócrita, pretenciosos y de dos caras. Pararte en la cabeza de alguien más para llegar a la cima. Mantente en la pelea mañana”.
“Quedarse en casa. Casarse. Cultivar. Criar cerdos”, escribió otro migrante llamado Red Peasant en línea.
“Dejar el hogar. Vagar. Trabajar. Ganar dinero. ¿Dónde está el camino?”.
“Hay más y más historias como ésta, de migrantes intentando ventilar sus quejas a través de smartphones”, dijo Tai Zixue, autor de The Internet in China: Cyberspace and Civil Society.
“No es un cambio dramático aún en ese sentido. Todavía están marginados. No es sólo bajo circunstancias en particular en la que obtienen el centro de atención, sino que lo que vemos es una gran señal de lo que podría ocurrir en el futuro”.