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Un salto supersónico desde el filo del espacio se suspende por el clima

Un nuevo intento de este experimento científico podría ocurrir este jueves; su protagonista, Felix Baumgartner, busca romper varios récords
mar 09 octubre 2012 02:56 PM

El lanzamiento desde el filo del espacio de un hombre con un traje espacial fue abortado este martes después de ser pospuesto varias veces por las condiciones climatológicas.

Felix Baumgartner busca saltar desde la mayor altura posible, 36,600 metros, tres veces más que la altitud crucero de los aviones comerciales, con nada más que un traje espacial, un casco y un paracaídas.

También espera ser la primera persona en romper la barrera del sonido. A dicha altitud, el aire muy delgado ofrece tan poca resistencia que solo después de 40 segundos estará viajando hacia la tierra a 1,104 kilómetros por hora.

Los organizadores del salto supersónico lo pospusieron esta mañana debido a que se registraron vientos de casi 28 kilómetros en la altura donde Baumgartner pretendía viajar. Después de varias horas, dieron luz verde.

El intento fue cancelado ya con Baumgartner en la cápsula que lo elevaría.

El próximo intento podría ocurrir hasta este jueves, debido al clima.

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Los organizadores buscaban que los vientos se estabilizaran en 8 kilómetros por hora o menos para que se realice el salto, pero las ráfagas no cedieron.

Había tres periodos de tiempo para un posible lanzamiento, entre las 6:30 y las 9:30, hora local de Roswelln, Nuevo México, EU.

“No estoy loco”, afirmó Baumgartner cuando fue entrevistado por primera vez por CNN sobre el proyecto en 2010. “Ya sabes, nuestros registros están hechos para romperse, y soy una persona competitiva. Me gusta el desafío”.

Luego de años de preparación y gastos no revelados pagados por el patrocinador Red Bull, el saldo fue programado para este martes al amanecer.

Baumgartner tardaría entre dos y tres horas en alcanzar la altura, en una cápsula que cuelga de un balón de helio. Entonces saltaría de su cápsula en una posición que le permitiera maximizar su velocidad. Busca descender 35,000 metros en menos de cinco minutos y desplegar su paracaídas en la parte final antes de tocar el suelo.

El intento tiene serios riesgos. Baumgartner y su equipo han practicado cómo evitar ser atrapado por un peligroso “giro horizontal”. Y a temperaturas que pueden ser de -56 grados centígrados o más bajas, y en una atmósfera tan delgada que su sangre se puede vaporizar si estuviera sin protección, su vida dependerá de la integridad de su equipo. Y si perdiera la conciencia en los últimos cinco minutos del salto, sobrevivirá solo si su paracaídas se despliega automáticamente.

Otra incógnita: el efecto en el cuerpo al romper la barrera del sonido. Mientras que alcanzar esa velocidad puede causar problemas en un avión, los planificadores del salto creen que habrá poco efecto en el saltador, porque estará a una altitud donde hay tan poco aire que las ondas de choque apenas y transitan.

Baumgartner es un piloto de helicóptero de Austria, y un exsoldado que ha efectuado lanzamientos de lugares emblemáticos como las Torres Petronas en Malasia, y el Cristo Redentor en Río de Janeiro.

Se ha preparado para su último reto por cinco años, física y mentalmente.

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