Cómo se miden los huracanes y por qué 'Sandy' es una 'supertormenta'
Aunque Sandy fue catalogado como un huracán de primera categoría, también podría ser clasificado como una supertormenta, gracias a la combinación de factores y condiciones climáticas.
Por una parte, el huracán se ha desplazado de derecha a izquierda, lo que es un comportamiento inusual para este tipo de fenómenos. Por otra parte, Sandy cuenta con un núcleo pequeño y fuertes vientos a su alrededor que se extienden a cientos de kilómetros, de acuerdo con David Nolan, profesor de meteorología de la Universidad de Miami, quien escribió una nota para CNN .
Este comportamiento inusual se dio porque Sandy llegó a Florida, se fortaleció, creció y se combinó con la corriente que encontró, formando un poderoso ciclón de más de 12 kilómetros de altura, según Nolan.
Cómo se clasifican
Para lograr advertir a la población sobre la llegada de un huracán a las ciudades, los servicios meteorológicos deben combinar recursos tecnológicos de punta con esfuerzos humanos.
Estos fenómenos naturales se originan en las aguas del océano Atlántico y Pacífico. Primero se forman como tormentas tropicales y, a medida que crecen, la temperatura aumenta y los vientos giran en dirección contraria a las manecillas del reloj, se convierten en huracanes.
“Nos damos cuenta (de la formación de un huracán) porque empiezan a tener todas las condiciones: el centro de baja presión, verticidad relativa, temperatura por arriba de los 27 grados centígrados“, dice Juana Díaz González, meteoróloga del Sistema Meteorológico Nacional (SMN), en entrevista con CNNMéxico.
En la mayoría de los países existen organismos que se encargan de monitorear el clima y advertir sobre fenómenos naturales que pueden causar daños en la tierra. En México el encargado de ello es el SMN, mientras que en Estados Unidos estas acciones las realiza la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y el Centro Nacional de Huracanes, con la colaboración de otras instituciones como la NASA.
Satélites que 'cuidan' a la Tierra
Los satélites meteorológicos proveen de imágenes a las agencias en la Tierra para que rastreen tormentas y fenómenos meteorológicos o naturales. Están situados a 846 kilómetros encima de la superficie terrestre y circulan la Tierra cada 100 minutos. Estos aparatos permiten anticipar tres o cuatro días la llegada de un huracán.
La NASA cuenta con misiones que vigilan la Tierra para muchos fines, entre ellos para estudiar el cambio climático y la predicción del clima. El satélite CloudSat fue el que capturó la imagen del huracán Sandy , que llegó este lunes a la costa este de Nueva York como categoría uno.
Aunque los satélites realizan funciones importantes para la Tierra, un importante programa meteorológico en Estados Unidos podría desaparecer en 2016 , debido a la falta de financiamiento.
Viajar al ojo de un huracán
Para medir la intensidad a la que viaja un huracán, las agencias usan aviones caza huracanes, que son comandados por pilotos que deben viajar al ojo del huracán y dejar caer pequeños dispositivos que miden su intensidad.
Los pilotos vuelan a poco más de 10,000 metros de altura y deben llegar hasta el centro de la tormenta antes de liberar las sondas.
“Estos aviones van al lugar donde se ve la nubosidad y avientan una sonda para medir la velocidad del viento. El avión caza huracanes va equipado de toda esa tecnología. Esa sonda que envían es como un cilindro, como un tubito como 30 centímetros de largo y 15 de ancho aproximadamente. Mide todos esos valores, tanto temperatura, intensidad del viento. Envían la información a los aparatos que están en el avión y ellos procesan la información y la envían directamente al centro Nacional de Huracanes para que la publiquen y la envían también a nosotros“, dice Díaz González.
Los datos obtenidos por estos dispositivos se usan para entender mejor cómo funcionan los huracanes y crear modelos futuros que puedan predecirlos con exactitud.
En la actualidad la NASA cuenta con aviones tripulados desde tierra que pueden volar más de 28 horas seguidas a una altitud de 18,000 metros.
Estableciendo la escala
En 1970, el director del Centro Nacional de Huracanes en Estados Unidos, Robert Simpson, junto al ingeniero Herbert Saffir desarrollaron una escala para medir las inundaciones y daños causados por un huracán.
La escala clasifica a los huracanes en cinco categorías:
- La primera incluye los huracanes que tienen vientos sostenidos de 119 a 152 kilómetros por hora y los daños que puede ocasionar son mínimos.
- La segunda categoría abarca vientos desde 154 a 177 kilómetros por hora, con daños moderados
- La tercera abarca huracanes con vientos de 178 a 209 kilómetros por hora, con daños extensivos
- La cuarta categoría abarca de los 178 a 251 kilómetros por hora , con daños extremos
- La última categoría abarca desde los huracanes con vientos mayores a 251 kilómetros por hora, con daños catastróficos.