La revolución de la neurología: inspirar una generación de científicos
Nota del editor: Greg Gage es un neurocientífico, trotamundos, ingeniero, maestro y empresario. Es socio fundador de Backyard Brains , una empresa que quiere revolucionar la forma de enseñar la ciencia y poner a la neurociencia en manos de los jóvenes.
(CNN)— Por qué es importante: Gage ideó una forma innovadora de inspirar a las próximas generaciones en la neurociencia. Como socio fundador de Backyard Brains, Gage creó la Spiker Box, un pequeño kit que ayuda a los jóvenes a entender los impulsos eléctricos que controlan el sistema nervioso. Lleva estos experimentos interactivos a las escuelas para que los estudiantes vean y escuchen las señales del cerebro, o picos, de las neuronas vivas de insectos como cucarachas.
A Gage le apasiona pensar en maneras de cambiar la forma en la que se enseña la neurociencia porque “cuando se trata del cerebro, estamos en la Edad Media. A uno de cada cinco de nosotros le diagnosticarán alguna enfermedad cerebral que aún no tiene cura. Al hacer que la gente se involucre más (…) podemos inspirar a quienes están interesados en ser neurocientíficos y tal vez curar enfermedades como el Alzheimer y el párkinson”, dice.
Cómo nació la idea: Gage se inspiró en su labor educativa cuando descubrió que el equipo avanzado que usaba cuando estudiaba el doctorado podía fabricarse en casa a una fracción del costo y en menos de un día.
“El equipo que usábamos costaba 40,000 dólares”, dijo. “Nos impusimos el reto de ingeniería de ver si podíamos reproducir nuestro costoso equipo de laboratorio y fabricar algo que los consumidores pudieran pagar”.
Gage construyó la Spiker Box, de 100 dólares. Puede usarse con un smartphone, una iPad o una computadora para vigilar la actividad cerebral en tiempo real . Después de unos minutos, los aficionados pueden empezar a entender los principios básicos de la codificación de los estímulos que se lleva a cabo en las neuronas y lo extraordinario que puede ser el cerebro.
Por qué le apasiona mantener el negocio en Michigan: Backyard Brains se dirige desde un espacio comunitario de hackers, una especie de laboratorio abierto ubicado en el centro de Ann Arbor, Michigan, en Estados Unidos. Gage diseñó la mayor parte de su equipo original en su sala, pero gracias a un pequeño subsidio de la Universidad de Michigan pudo trasladar su operación al espacio de hackers, hace un par de años.
“Cuando empezamos con Backyard Brains, era un momento realmente difícil para Michigan. Toda la industria automotriz estaba en quiebra. Por eso mantuvimos aquí nuestro espacio de trabajo, todo el desarrollo, el diseño y la fabricación. Encontramos proveedores que fabricaban placas PCB para la industria automotriz que tenían pocos pedidos y logramos que fabricaran nuestras Spikerboxes. Tratamos de hacer todo dentro del estado”.
Por qué lleva la neurociencia a las escuelas de Detroit: A Gage le apasiona ayudar a los jóvenes. Ha llevado los experimentos de Backyard Brains a más de 100 preparatorias en Michigan. “Me gustaría enseñar y animar a los estudiantes a que estudien el cerebro y que se vuelvan neurocientíficos”.
La pasión por la ciencia podría estar en sus genes: Gage fue la inspiración para que su sobrino de 13 años, Ben Robbins, quisiera enseñar neurociencias. Luego de que Gage diera una clase para su grupo de quinto año, el joven decidió que quería enseñar a los niños cómo funciona el cerebro. Ahora da conferencias en la escuela y el año pasado hizo una presentación ante miles de personas en la Sociedad de Neurociencias.
En dónde podrías haber visto sus experimentos: Un video en el que Gage explica los impulsos neuronales se viralizó en YouTube y ha tenido más de 2.1 millones de reproducciones. El equipo de Backyard Brains estimuló la membrana (que cambia de color) de un calamar usando corrientes eléctricas generadas por la exitosa melodía de 1993, Insane in the Brain, del grupo californiano Cypress Hill.
Sabios consejos: “Creo que el objetivo de la innovación es tener la paciencia para intentar cosas diferentes. Cuando traemos estudiantes universitarios que tratan de aprender cómo hacer ciencia por primera vez, no tienen la paciencia para soportar los dolores de cabeza, los obstáculos. Si eso no funciona, pasan a otra cosa. Tienes que ser lo suficientemente cuidadoso para observar lo que ocurre, incluso en el fracaso. Eso podría significar que hay algo más que aún no podemos explicar. De vez en cuando tenemos suerte como científicos y algo pasa. Los resultados inesperados son lo mejor que puedes obtener en la ciencia”.
¿Qué sigue? El año pasado, Gage recibió una beca de parte de un programa latinoamericano llamado Startup Chile . Reclutaron a Gage y a su socio de Backyard Brains, Tim Marzullo, para que llevaran su equipo de neurociencias de bajo costo a preparatorias, universidades y laboratorios de investigación en Sudamérica.
¿De la neurociencia a la política? Gage dice que una vez que todos los estudiantes conozcan la neurociencia y que haya Spikerboxes en todas las preparatorias del país, tomará en consideración hacer una carrera política. “Me gusta el pensamiento científico. Necesitas tener información para hacer tus demandas. Creo que eso falta en la política. Hay escasez de científicos en el Congreso y pienso que es vergonzoso”.