La hija de Eric Schmidt, presidente de Google, dio a conocer en su blog más detalles sobre la visita subrepticia del directivo a Corea del Norte.
Sophie, compañera de viaje de Schmidt, registró sus impresiones en una página de Google Sites, respecto al viaje en el que participó una delegación de nueve personas, que incluyó al exgobernador de Nuevo México, Bill Richardson.
Eric Schmidt confirmó la autenticidad de la página en el sitio de noticias Quartz. Un representante de Google no respondió una llamada en busca de comentarios.
La joven Schmidt describió un viaje "muy, muy frío" y "muy, muy extraño", supervisado por un par de guardaespaldas oficiales.
"Es imposible saber qué tanto podemos extrapolar de lo que vimos en Pyongyang
“Nuestro viaje fue una mezcla muy organizada de encuentros, bien orquestados… no tuvimos interacción con ciudadanos que no estuvieran autorizados por el Estado”, escribió.
El viaje tuvo un comienzo surrealista: las autoridades de Corea del Norte piden a los viajantes que llegan declarar si llevan consigo un “dispositivo de asesinato”, tecnología GPS, o "publicaciones de todo tipo”.
Los viajeros tienen acceso a la red de telefonía móvil de Corea del Norte, lo que les permite hacer llamadas internacionales, pero no tienen servicio de datos.
También consiguieron un vistazo de la intranet de Corea del Norte, que Schmidt describió como "un jardín amurallado de contenido borrado, tomado de la Internet real".
Una de las cosas más sorprendentes, de lo que describió Schmidt, fue una visita a la e-biblioteca de la Universidad Kim II Sung, donde vio a cerca de 90 personas sentadas en las computadoras.
Algunas personas desplazaron el cursor o hicieron clic, pero el resto se quedó mirando fijamente a sus pantallas.
"Cuando nuestro grupo entró - un grupo ruidoso, con los medios de comunicación - ni uno de ellos levantó la vista de sus escritorios", escribió.
"Nadie volteó, no hubo contacto con los ojos, ni reacción a los estímulos”.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, ha expresado su interés en reforzar la posición de su país en el ámbito tecnológico e industrial del mundo, pero los planes del régimen siguen en gran medida sin definir.
Charles Riley contribuyó con este reporte