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Scott Maxwell, el piloto del 'Curiosity' en Marte, deja los controles

El desarrollador de 'software', quien controlaba parte de la programación de tareas del robot en el espacio, ahora trabajará en Google
sáb 16 febrero 2013 01:28 PM

El conductor del Curiosity, Scott Maxwell, compartió toda clase de hechos asombrosos sobre sí mismo en una charla en agosto pasado: es sobreviviente de cáncer, su padre fue un ingeniero ferroviario a quien le apasionaba conducir trenes y ha sido conductor de vehículos en Marte desde 2004.

“Es la clase de cosas que, cuando era niño, soñaba con hacer cuando creciera; he sido increíblemente afortunado de poder hacer esto con una parte de mi vida”, dijo Maxwell.

Debido a que le encanta trabajar en las misiones de Marte, fue sorprendente que  revelara en las redes sociales  que abandonaría la NASA para incorporarse a Google. 

“Se parece mucho a cuando terminó mi matrimonio de 15 años: el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) y yo evolucionamos por caminos diferentes, ya no pertenezco ahí”, publicó este viernes en Google+.

Pero esperen: ¿qué tiene qué ver conducir un robot explorador en Marte con trabajar para una empresa conocida por su buscador de internet? De acuerdo con Maxwell, los empleos no son tan diferentes como parecen.

En Google, Maxwell desarrollará software de alta confiabilidad. En otras palabras, se asegurará de que las cosas funcionen como debe hacerlo. Por ejemplo, cuando pides a tu buscador que te dirija a google.com, tendrías que llegar a la página principal de Google. Al igual que con el software que controla el equipo en Marte, es vital mantener los errores al mínimo.

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Maxwell ayudó a desarrollar el software que se usó en los robots Spirit, Opportunity y Curiosity, este último  aterrizó en Marte en agosto del 2012  y recientemente  probó su taladro en la superficie marciana .

“Si falla aunque sea una vez, no podrías enviar tus instrucciones al robot ese día”, me dijo. “No podemos tolerar esa clase de fallas. Por cierto, me enorgullece decir que eso no ha ocurrido en casi 10 años”.

El desarrollo de software no es muy diferente a trabajar con programas de alta confiabilidad que controlan máquinas en Tierra y no en Marte.

Lo más divertido de las misiones de Marte era vivir con el horario del planeta rojo, dijo. En las misiones Spirit y Opportunity, el itinerario era bastante normal: como el robot despierta 40 minutos más tarde cada día, tú también lo haces, ya que un día en Marte es alrededor de 40 minutos más largo que un día terrestre.

Sin embargo, en el caso del Curiosity, el itinerario de trabajo tiene que coincidir con  el paso de un satélite  que tiene un itinerario menos regular.

“El Spirit y el Opportunity nos ayudaron a comprobar que retransmitir a través de un satélite era tremendamente valioso (...) Se incrementa enormemente la cantidad de datos que puedes enviar de vuelta a la tierra", dijo.

Como el Curiosity es un vehículo más grande y complejo, Maxwell opina que el ritmo de la misión ha sido más lento. Se esperaba que los vehículos Spirit y Opportunity duraran 90 días en Marte, así que Maxwell y otros especialistas de la misión incluyeron todo lo que pudieron en ese breve periodo. (Al final el vehículo Spirit duró más de seis años y el Opportunity sigue funcionando; ambos aterrizaron en 2004).

“Me encantaba cuando nos esforzábamos hasta el límite y hacíamos todo lo posible para que en un determinado 'sol' (día solar) de operaciones en Marte se hiciera la mayor cantidad posible de cosas”, dijo.

En contraste, una vez en Marte, el Curiosity  tardó 180 días  en usar por primera vez su taladro, el último instrumento del robot que faltaba por revisar. Se calcula que la vida útil del Curiosity será de dos años, aunque al igual que sus predecesores, podría funcionar por mucho más tiempo.

Aunque Maxwell no participó en los eventos acelerados de los primeros meses  del Spirit y el Opportunity en Marte, también ha disfrutado el trabajar en la misión Curiosity con otros científicos expertos en gran variedad de temas.

Maxwell extrañará el aspecto táctico de su trabajo: el proceso de planear el día para el robot en Marte. Al empezar el día, él y sus colegas resolvían problemas y al final enviaban instrucciones al robot.

“He tenido el privilegio de ser uno de los pocos humanos sobre la Tierra que hace eso”, dijo.

Maxwell dijo que extrañará a las personas con las que ha trabajado en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, como los otros conductores del explorador y los miembros del equipo científico.

“Todavía me invitan a las noches de póquer con otros conductores del explorador, pero no será igual”, dijo.

En su nuevo empleo, Maxwell no tendrá que tomar un avión, ya no digamos un transbordador espacial. Desempeñará su nueva labor en la oficina de Google en la zona de Los Ángeles, en donde vive. Eso es bueno para su vida romántica ya que él y su pareja, quien trabaja en la NASA, Kim Lichtenberg, son ridículamente tiernos y ambos aman la ciencia.

“No sé si a mi novia le guste la idea de que me mude permanentemente a Mountain View, y no quiero dejarla”, dijo.

Seguirá atento a la misión Curiosity desde las gradas, pero no descarta regresar al campo de la ciencia espacial algún día. Si la tecnología lo permite, Marte sigue siendo su destino favorito.

“Si tuvieran un cohete que despega mañana, renuncio a Google y me voy con ellos”, dijo.

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