Bitcoin, la polémica ‘ciberdivisa’
Es una forma prometedora de efectivo electrónico, fuera del control de los bancos centrales y muy bien visto por los hackers. La ‘ciberdivisa' bitcoin generó enormes expectativas, pero podría enfrentar problemas a poco de nacer y ya registró pérdidas catastróficas que tienen nerviosos a los especuladores.
Si bien existe desde hace años sin haber llamado la atención, una combinación de factores le dieron hace poco gran notoriedad.
En medio de la crisis europea de divisas, una creciente cantidad de empresas dijeron que aceptaban bitcoins para una cantidad de bienes y servicios. El valor de cada bitcoin comenzó a subir a raíz del interés que se había generado y llegó a cotizarse a 266 dólares.
Pronto, no obstante, se vino todo abajo.
El precio del bitcoin se desmoronó y el jueves se cotizaba a 40 dólares, según bitcoincharts.com, que observa las transacciones por Internet.
La casa de cambios más conocida, Mt. Gox, de Tokio, dejó de negociarlo por 12 horas a la espera de que las cosas se calmasen. Hacia la noche del jueves, el precio había subido a 100 dólares.
Nicholas Colas, director de estrategias de mercado del CovergEx Group, dijo que el "gran interrogante" en estos momentos es ver si la divisa puede sobrevivir a todos estos vaivenes feroces.
"A esta altura, diría que sí, pues lo ha hecho antes", escribió Colas en un correo electrónico.
Sin embargo, destacó que, a diferencia de oscilaciones previas, el desplome del jueves generó mucha repercusión internacional.
"Mucha más gante sabe de Bictoin ahora", señaló.
Para libertarios con conocimientos de tecnología, fanáticos de las divisas y especuladores de Internet, bitcoin era una gran promesa.
La divisa es creada, distribuida y autenticada sin la intervención de bancos ni gobiernos. Sus características criptográficas hacen que resulte prácticamente imposible falsificarla y su relativa anonimidad permite que sea usada en Internet sin temor de interferencias de censores ni reguladores.
Un elemento clave en el uso de esta divisa es una red de usuarios que permiten a la red de bitcoin contar con la capacidad procesadora necesaria para mantener una operación transparente y continua. Estos usuarios son compensados periódicamente con bitcoins nuevos.
Los criptógrafos discuten acerca de si el bitcoin está bien diseñado, pero lo que realmente cuenta es si puede ser usado para comprar cualquier cosa.
Y la divisa está pasando esa prueba. Desde medicinas hasta divisas duras, desde música hasta autos y artículos de consumo, muchos comercios están aceptando ese dinero, cuyo símbolo extraoficial es una especie de moneda parecida a la de un dólar, con una B en el medio.
La firma BitPay de Atlanta procesa transacciones con bitcoin de más de 4,500 empresas.
Recibe pagos en bitcoins y envía el equivalente en efectivo al vendedor indicado, lo que implica que los clientes están protegidos de la volatilidad de la ciberdivisa.
El director ejecutivo de BitPay Anthony Gallippi dijo que muchas empresas a las que sirve son portales electrónicos, pero que también hay muchos comercios tradicionales que quieren usar los bitcoins.
"Hace poco nos contactó un concesionario de autos de Kansas City", expresó.
El mercado negro
El programador de software argentino Patricio Fink relató cómo cambió hace poco bitcoins por dólares estadounidenses a una pareja de turistas australianos en un Starbucks de Buenos Aires.
Los visitantes querían dinero con la cotización del mercado paralelo, pero sin tener que ir a una "cueva" de cambistas ilegales para obtenerlo. Fink, por su parte, quería más bitcoins para proteger a sus ahorros de la inflación que hay en Argentina.
"Es algo nuevo y funciona bien", dijo Fink, un joven de 24 años que describió su experiencia a la Associated Press a través de Skype.
Uno de los destinos más llamativos de los bitcoins es Silk Road, un portal en el que vendedores de drogas anuncian sus productos en un ambiente relajado similar al de Amazon o eBay, con carrito para las compras y la posibilidad de hacer comentarios sobre el servicio y de leer los que han hecho otros.
El sitio usa Tor, una red que permite la anonimidad, para ocultar la ubicación de sus servidores, y los pagos con bitcoins hacen que no haya nada escrito.
Los vendedores de drogas no son los únicos interesados en los bitcoins. Los hackers de Lulz Security, cuya campaña para distorsionar el tráfico online tuvo repercusión internacional en 2011, recibió miles de dólares en bitcoins luego de prometer a sus partidarios que el dinero sería usado para lanzar ataques cibernéticos a FBI.
Un informe elaborado aparentemente por esa agencia y que fue filtrado por Internet el año pasado dijo que "dado que bitcoin no tiene una autoridad centralizada, detectar actividades sospechosas, identificar a sus usuarios y obtener registros de transacciones resulta problemático para los organismos policiales".
Agrega que la red podría transformarse en "una herramienta útil para actividades ilegales que trascienden el mundo cibernético", como la pornografía infantil, al tráfico de drogas y el terrorismo.