Jiuquan, la ciudad protagonista del (súper secreto) sueño espacial chino
Lo primero que me llamó la atención fueron las bicicletas. O andaban en dos ruedas o caminaban.
Empecé a preguntarme si habíamos tomado el camino correcto. Buscábamos un centro espacial súper secreto.
Durante el viaje de cuatro horas en carro desde Jiuquan hasta el oeste de China, habíamos pasado por bellos campos y estanques de peces, a través de un oasis verde y finalmente por el árido desierto de Gobi.
Habíamos atravesado numerosos controles militares y cámaras que nos fotografiaban mientras cruzábamos las infinitas colinas de arena. No había duda de que estábamos en el lugar indicado, pero me costaba asimilarlo.
Una atmósfera eléctrica
¿De verdad era este el epicentro de la carrera espacial de China? ¿Por qué estaba todo tan tranquilo?
Unas horas después me encontraría en una habitación apiñada de cámaras de televisión y periodistas, con una atmósfera eléctrica, casi de ciencia ficción. Pero en ese momento, aquellas cuidadas y angostas calles parecían las de un destino turístico.
Los restaurantes irradiaban luces de neón al pasar y hasta las tiendas más pequeñas tenían un aire propio de un pueblo de vacaciones.
El hotel al que llegamos era tan nuevo que los jardineros aún estaban decorando y la alfombra roja, recién colocada, estaba todavía cubierta.
Lamentablemente, en esta ciudad que se enorgullece de ofrecer lo último en cohetes espaciales, el ascensor no funcionaba.
Encanto natural
Eso es lo que parece resumir a Jiuquan: su encanto y su amabilidad. Pero el verdadero propósito de esta ciudad lo descubres cuando conoces a los que están detrás.
En uno de los edificios bajos del lugar, apenas visible desde la calle, conocí a una de estas personas. En realidad, apenas la vi llegar a una sala de conferencia llena de periodistas.
Como subdirectora de la misión espacial, esta mujer tiene las esperanzas de una nación en sus hombros. Por supuesto, todos los presentes en la habitación prestaron suma atención a sus palabras.
Ante cualquier pregunta vinculada con el inminente lanzamiento de la próxima misión tripulada de China al espacio, contestaba con detalle y precisión. Bueno, casi cualquier pregunta. No importó cuánto levantara la mano, mi turno nunca llegaría.
Carrera espacial
Supongo que, después de todo, se trata de un evento en China. ¿Por qué querrían contestar una pregunta del único periodista de occidente invitado al lanzamiento?
Se percibían los aires de la carrera espacial.
Antes de que la capsula Shenzhou 10 sea lanzada al espacio este martes, podré estar en la plataforma de lanzamiento, según me informaron. Allí podré captar la urgencia.
China ha dado enormes pasos desde su primera misión tripulada hace 10 años, pero todavía aparece detrás de Estados Unidos y Europa, que comparten la Estación Espacial Internacional, en esta carrera espacial
Todos le desearán suerte a la misión china mientras salga al espacio con el objetivo de ayudar a las generaciones futuras.
Desde el 11 de junio tres astronautas se encuentran orbitando alrededor de la Tierra en la nave espacial Shenzhou X que este jueves se acopló al laboratorio espacial Tiangong I, donde los tres astronautas realizarán trabajos de reparación y llevarán a cabo experimentos.
El acoplamiento se produjo según el horario previsto, a las 13:18 horas (en China) por procedimiento automático, detalló la agencia oficial Xinhua.
La Shenzhou X orbitará 15 días alrededor de la Tierra —la misión tripulada más larga del programa espacial chino hasta ahora— y llevará a cabo dos acoplamientos con el Tiangong I, el módulo experimental para la futura estación espacial permanente que China espera tener hacia el año 2020.
Mientras que la nave rusa Soyuz logra acoplarse a la Estación Espacial Internacional tras seis horas de vuelo, los chinos tardarán dos días en llegar a su plataforma.
Seis horas o dos días, no importa. China ha llegado al espacio y la gente de este pueblo está plenamente consciente de lo que eso significa.