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Del celuloide a la película digital: la evolución del cine

Las pantallas en alta definición y sistemas de sonido compiten contra el cine, que a su vez incorpora más tecnología para atraer gente
dom 30 junio 2013 10:49 AM

Tomas un elevador hasta el último piso del cine Regal Atlantic Station 16, doblas en una esquina, entras por una puerta protegida con código de seguridad y bajas algunos escalones.

Helo allí: un corredor ancho y común en el que hay equipos de ventilación y varias losas gigantes de aparatos electrónicos y columnas de servidores. Las pantallas táctiles que están cerca de cada losa tienen grabadas las leyendas: Qué pasó ayer 3; Star Trek, en la oscuridad; Rápidos y Furiosos 6.

Esta es la sala de proyección de películas en 2013.

¿Qué, esperabas un compartimiento de muros negros lleno de latas de película, trozos perdidos de celuloide y un aficionado al cine que fuma un cigarrillo tras otro mientras vigila un proyector?

Esa era pasó hace mucho tiempo, dice Roger Frazee, vicepresidente de servicios técnicos de Regal.Las “películas” ahora son discos duros de 200 gigabytes y los “proyectores” son esas enormes máquinas electrónicas localizadas en el corredor, capaces de funcionar a diferentes velocidades, que transmiten subtítulos y se supervisan de forma remota.

Frazee dice que además, no hay desgaste.

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“La ventaja de lo digital es que no tienes películas dañadas. No tienes impresiones rayadas y a la sexta semana se ven tan bien como el primer día”, dijo.

De hecho, muchas de las “tradiciones” del cine se han desvanecido con el cambio a la tecnología digital. Los días en los que las marcas de quemadura de cigarrillo, que aparecían cada 15 o 20 minutos, y que indicaban que era necesario cambiar el carrete, se han ido. También se fue el sonido del traqueteo del proyector que se escuchaba en las últimas filas de la sala se escuchaba en las filas posteriores de la sala. 

Ventajas y desventajas de la caja negra

Aún podemos llamarlas “películas”, pero ese nombre que alguna vez se usó para referirse a una serie de imágenes fijas que se pasaban a través de un proyector a 24 cuadros por segundo ahora se adapta a las proyecciones digitales. Lo que alguna vez fue químico y mecánico, ahora es electrónico y generado por computadora: una serie de archivos JPEG que fluyen en una unidad de memoria.

Ha sido un gran cambio para la industria cinematográfica. Durante un siglo, a pesar de la inclusión de los sistemas de sonido envolvente y de las pantallas de formato ancho, la tecnología era más o menos —disculpen el término— estática: una tira de celuloide, una serie de engranes y luz.

¿Ahora? Es una enorme caja negra con sus propias ventajas y desventajas.

“Creo que la presentación es muy buena en el producto digital y de estreno”, dijo Tim League, fundador de la cadena de cines Alamo Drafthouse. “Claramente tiene sentido no imprimir más películas, desde el punto de vista de la distribución. Son muy frágiles y puedes rayarla durante la primera proyección”.

Los estudios —y Technicolor y Deluxe, las dos principales empresas que “imprimen” películas— ciertamente agradecen la reducción de costos, ya que la impresión y el envío de miles de copias de un importante estreno no era un gasto trivial. Es más eficiente enviar por correo los discos duros.

Además, agrega League, si sólo tuvieras una copia de un éxito de taquilla y la proyectaras en varios auditorios, tendrías que hacer una adaptación para que pudieras proyectarla en varios proyectores, adaptación que es torpe además de peligrosa..

También es más fácil mantener un control de calidad —Regal supervisa sus equipos desde una central— y de seguridad. Los sistemas de Regal y Landmark incluyen contraseñas y claves que impiden que una cinta en particular se exhiba en un cine en particular (y en un proyector en particular) en un momento predeterminado.

¿Y cuáles son las desventajas? 

Los sistemas digitales son costosos. Frazee, de Regal, dice que convertir cada sala de formato multiplex a digital —en el caso de Regal, usan generalmente equipo de la marca Sony— cuesta más de 75,000 dólares y eso no incluye el sistema de audio ni las actualizaciones que contienen sus unidades RPX (Regal Premium Experience). Las lámparas del proyector tampoco son baratos: según el tamaño de la lámpara, cuestan 500 dólares o más y son increíblemente frágiles. Aunque las lámparas más pequeñas pueden durar un par de miles de horas, las lámparas más grandes duran menos de la mitad.

“Eso representa un gasto de mil dólares al mes, más o menos”, dijo Frazee.

La competencia por el público

Tal vez el mayor reto al que se enfrentan los cines actualmente es atraer al público.

Los aparatos electrónicos para el consumidor pueden dar una experiencia de pantalla grande y sonido envolvente sin tener que poner un pie fuera de casa y con los más recientes televisores en alta definición y resolución 4K (4,096 * 2,304) las cosas mejoran todo el tiempo. Es cierto que la pantalla no mide cinco metros de alto y que cada vez es más difícil encontrar algunos de los caramelos que venden en el cine, pero si estás dispuesto a esperar a que el estreno más reciente salga en Blu-ray, ¿quién necesita una sala de cine?

“Este año, si Netflix y Sony se apegan a sus planes, los primeros espectadores estarán viendo películas 4K a demanda en televisores 4K Ultra HD”, escribió David S. Cohen en la revista Variety. “Mientras tanto, las salas de cine seguirán recibiendo los paquetes de cine digital 2K en discos duros enviados por avión y camión. El teatro en casa habrá superado al cine”.

“El entretenimiento en casa es uno de nuestros principales competidores”, dijo. Sin embargo, agregó, “la tecnología de los cines siempre ha marcado la pauta y creo que seguirá haciéndolo”.

No obstante, John Fithian, presidente y director general de la Asociación Nacional de Propietarios de Cines de Estados Unidos, dice que la tecnología para el cine es mejor en todas las formas. 

“La gente que ve películas en casa es la que viene más al cine”, dijo. “Lo que hace lo digital es permitir que la gente vea películas en muchos lugares diferentes. Eso los hace más aficionados al cine (y) eso significa que vienen con más frecuencia a nuestras salas”.

Sacar provecho de lo más reciente

Si los dueños de los cines quieren ofrecer la mejor experiencia al público, tienen  que sacar el mayor provecho de la tecnología, y lo están haciendo, dijo Fithian.

“Durante los últimos 40 años, los precios de nuestros boletos han aumentado a un ritmo menor que el de la inflación (...) Eso es notable si consideramos que la experiencia ha cambiado: tenemos salas tipo estadio en vez de los viejos pisos en declive; no solo tenemos proyecciones digitales, sino que tenemos sonido digital envolvente; tenemos pantallas más grandes ; tenemos toda clase de amenidades”.

Entonces, ¿qué será de la película? El viejo caballo de guerra está desapareciendo.

Las nuevas cintas se estrenan solo en formato digital y si quieres exhibir un clásico en tu cine, tienes que buscar un poco, dice Ward, de Landmark Midtown. Los cines que no cambian se están quedando atrás.

Los cineastas tienen sentimientos encontrados acerca de los cambios. Clint Eastwood y Christopher Nolan siguen siendo partidarios de la película, mientras que Steven Soderbergh disfruta de la facilidad que acompaña a las nuevas tecnologías. Jeff Cronenweth, director de fotografía de la cinta nominada al Óscar, La chica del dragón tatuado, también es fan y señala que ya es casi imposible distinguir entre la película y lo digital .

“El comentario que más orgullo me hace sentir es: ‘¿En qué filmaste El dragón tatuado?’ Yo creo que si no puedes distinguirlo, estamos muy cerca. Hay ciertas escenas en las que no puedes ver la diferencia”, dijo el año pasado .

Lo digital puede ser mucho más conveniente para experimentar: no hay que recargar constantemente las latas de película, no hay que ordenar los carretes en la sala de proyección. Sin embargo, al igual que un disco flexible de 5 ¼ de pulgada, tal vez no se pueda reproducir ni sea confiable a la larga.

El director, Rob Meyer, enfatizó esta inquietud en un panel del Festival de Cine de Tribeca en abril. “Podemos encontrar las primeras cintas que se hicieron y aún podemos proyectarlas y se van a ver muy bien”, dijo. Kodak incluso presentó un producto para películas que sirve para archivarlas.

Ward conserva en buen estado un viejo proyector de 35 milímetros de Landmark Midtown. Tiene que hacerlo: las refacciones serán tan escasas como las de una máquina de escribir Underwood.

“Esto es parte del cementerio de los 35 milímetros”, dijo mientras muestra una polvorienta consola y varios carretes, componentes y refacciones. “Conseguimos refacciones porque ya nunca podrás comprar estas partes. No sabemos por cuánto tiempo podremos proyectar película. De cierta forma lo extraño”.

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