Violencia, sexo y lenguaje soez; 'Grand Theft Auto V' repite su fórmula
El mundo de los videojuegos debió esperar cinco años para que finalmente fuera presentado este miércoles el Grand Theft Auto V, el último título de una exitosa saga definida por el sexo y la violencia.
Las primeras críticas del juego confirman lo que ya suponíamos: drogas, bailes eróticos, torturas y armas de electrochoque. También anuncian el regreso de lo que The New York Times llamó “el espectáculo más atrapante del entretenimiento interactivo”.
Se cree, no sin razón, que esta combinación puede convertirse en el lanzamiento más lucrativo de la historia.
“GTA es sin dudas uno de los grandes lanzamientos de este año”, dijo Steve Butts, editor en jefe del sitio de juegos y entretenimiento IGN.com. “El juego anterior sigue siendo uno de los más exitosos de la historia y no hay motivos para suponer que el GTA V no lo será también”, agregó.
Presentada en 1997, la saga Grand Theft Auto es una de las más exitosas de la historia, con ventas que superan los 125 millones de unidades. En el camino, la serie ha trascendido el mundo de los videojuegos para convertirse en un fenómeno cultural por su curiosa mezcla de popularidad y controversia. Samuel L. Jackson, Dennis Hopper, Ricky Gervais y Peter Fonda son algunos de los actores que han prestado su voz y su talento para la saga.
Lejos del clásico guión de buenos contra malos, los usuarios se encarnan en la piel de criminales en los títulos de Grand Theft Auto (GTA). Gran parte del atractivo de la franquicia reside en que ofrece lo que se denomina “mundo abierto”, una característica que le otorga al jugador enorme libertad para explorar y elegir su curso de acción.
Así, la experiencia para los jugadores de sus 10 títulos y numerosas expansiones resulta cautivante. ¿Quieres ir al gimnasio? ¿Ir a una discoteca? ¿Conseguir un trabajo? ¿Cambiar la estación de radio en tu vehículo? Todas son posibilidades concretas dentro de GTA.
No se puede negar, sin embargo, que algunos aspectos del juego provoquen dudas en algunos usuarios.
El juego logró dar un salto de calidad con el GTA III, presentado en el año 2001. Quizá el descubrimiento más notorio de aquella versión, ambientada en la ciudad ficticia Liberty City, fue la posibilidad de contratar una prostituta, tener relaciones (fuera de cámara) con ella, asesinarla y luego robarle el dinero.
En aquel entonces, el portal especializado GameSpy eligió al GTA III como ganador en las categorías “Juego del año” y “Juego más ofensivo del año”.
El juego estuvo prohibido durante algún tiempo en Australia, antes de que se lanzara una versión modificada. Otras prohibiciones, protestas y hasta demandas llegarían después. Pero Butts, de IGN, asegura que allí no radica el motivo por el que el juego se ha mantenido vigente.
“Por supuesto que el contenido más soez suele ocupar titulares, pero el gran atractivo de GTA ha estado siempre en su mundo abierto”, señaló. “Es un juego en el que existes en la simulación de una ciudad real, donde puedes jugar al golf, correr carreras de autos, saltar de aviones y muchas otras actividades”, añadió.
Las controversias en torno a los videojuegos se remontan a los años 80. Quizá por ello las quejas por el lanzamiento del “GTA V” no hayan tenido tanta repercusión.
Pero esto no significa que la polémica haya desaparecido. El mes pasado, las autoridades de Luisiana, Estados Unidos, indicaron que un niño de 8 años había estado jugando al GTA IV antes de disparar y matar a su abuela (el juego, vale aclarar, está dirigido a una audiencia madura).
La oficina del comisario sugirió que el contenido violento del videojuego pudo haber motivado el asesinato.
Pero Butts y otros ven un cambio cultural que parece tomar distancia de las protestas.
“Diría que la mayor parte de la sociedad moderna normaliza temas que para generaciones anteriores eran cuestionables”, dijo. “Los juegos existen dentro de un contexto mayor, particularmente en lo que refiere a la violencia. La violencia en los videojuegos es apenas una expresión de la presencia de violencia en los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto”, explicó.
Y desde su lugar de jugador entusiasta, Butts invita a levantar la voz a cualquiera que se sienta ofendido por títulos como el Grand Theft Auto.
“Los juegos son una parte cada vez más importante de nuestra cultura y todos tenemos la responsabilidad de promover un contexto más apropiado e incluyente para el debate sobre qué corresponde y qué no para las distintas audiencias”, concluyó.