Un cohete ruso que transportaba un satélite se desintegra en la atmósfera
Un cohete ruso Proton, que transportaba un satélite de telecomunicaciones sofisticado, se desintegró en la atmósfera minutos después de su lanzamiento, en el último accidente registrado hasta la fecha en la industria espacial rusa.
El principal motor del cohete se paró 545 segundos después del lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.
La televisión mostró el cohete y su satélite de comunicaciones Express-AM4P, de un valor estimado de 21 millones de euros (28.5 millones de dólares), ardiendo en la atmósfera.
"Tenemos una situación ugente", afirmó un controlador de vuelo en las imágenes transmitidas por televisión, antes de añadir: "El vuelo terminó".
La agencia espacial rusa Roskosmos informó que había encargado a una comisión "analizar los datos telemétricos para hallar los motivos de esta situación".
"Según informaciones preliminares, hubo una caída de presión en uno de los motores en la tercera planta" del cohete, declaró el jefe de Roskosmos Oleg Ostapenko, citado por la agencia Itar Tass.
Añadió que no cayeron restos del cohete ni del satélite a la Tierra, señal de que tuvieron que desintegrarse en las capas más altas de la atmósfera.
Un equipo investigará lo sucedido y los primeros resultados se conocerán en junio, precisó Ostapenko. Hasta entonces, no habrá más lanzamientos.
Según la cadena de televisión rusa Pervyi Kanal, el satélite, construido por Airbus Defence and Space y calificado por la agencia oficial Ria Novosti de "satélite ruso más potente", debía facilitar el acceso a internet a regiones recónditas de Rusia.
Rosario de incidentes
Este accidente es un nuevo revés para la industria espacial rusa, que en los últimos años ha acumulado percances con lanzamientos malogrados y una serie de incidentes.
El último de ellos había sido la explosión de un cohete Proton en el momento del despegue el 2 de julio de 2013 desde el cosmódromo de Baikonur, en las estepas de Kazajistán. La investigación concluyó que se había debido a un error.
Este cohete transportaba tres satélites del sistema Glonass, el equivalente ruso del sistema estadounidense GPS, pero tras la explosión se interrumpieron los lanzamientos durante unos tres meses.
En octubre, el primer ministro ruso Dimitri Medvedev destituyó al director de la agencia espacial y lo sustituyó por Oleg Ostapenko, un exviceministro de Defensa.
El presidente ruso Vladimir Putin le encargó que reforme el sector con un presupuesto adicional de miles de millones de dólares.
En diciembre, Putin firmó un decreto sobre la creación de un holding público espacial para reforzar esta industria, motivo de orgullo en el país y que sirve de instrumento de presión.
En plena tensión entre Occidente y Rusia por la crisis ucraniana, Moscú amenazó el martes a Estados Unidos con dejar de suministrarle motores de los cohetes NK-33 y RD-180, fabricados en Rusia y que permiten lanzar satélites destinados a los programas de defensa norteamericanos.
El viceprimer ministro ruso Dimitri Rogozin, encargado del sector espacial en el gobierno, dio a entender que Rusia no prevé continuar con la explotación de la Estación Espacial Internacional (ISS) más allá de 2020.