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Vestibles, autos y emprendedores, el futuro de Intel

La tecnológica busca desarrollar un vehículo automático para 2020 e incursionar en otros sectores; su estrategia es aliarse con firmas como Ford, Fossil y marcas independientes.
lun 08 septiembre 2014 10:39 AM
La alianza de Intel con Ford podría proveer autos automatizados para 2020. (Foto: Gabriela Chávez)
Intel IDF 2014

No conforme con ser responsables del funcionamiento de la mayoría de las computadoras y móviles vendidos en el mundo, durante los próximos cinco años Intel buscará un lugar dentro de tres nuevas industrias: los autos, la tecnología vestible y las nuevas creaciones de emprendedores enfocadas al Internet de las cosas.

En 2013 la tecnológica destinó 333 millones de dólares para el desarrollo de estas tendencias, a través de su fondo de aceleración de proyectos Intel Capital. La empresa busca obtener parte del mercado del Internet de las cosas, que se espera que alcance a 200,000 millones de objetos conectados y que para 2025 puede convertirse en un mercado de 6,200 billones de dólares, según la firma de análisis IDC.

“Autos, cestibles, proyectos de emprendedores, robots, esas son las industrias que moverán el futuro y en las que Intel tiene una oportunidad de trabajar con su tecnología y sus procesamientos”, explicó el director de los nuevos proyectos de Intel, Jay Medican en conferencia de prensa antes del arranque de su evento anual de desarrolladores en San Francisco, California.

Intel no lo hará sola. En el frente automotriz, se alió con Ford para desarrollar el sistema Mobii, tecnología que permita tener coches automatizados al 100% para 2020 , que reconozcan los movimientos de los pasajeros, a otros autos y al entorno.

“Uno de los objetivos de meter tecnología en la transportación es reducir el riesgo de accidentes por errores humanos en los autos. Para 2020 se podrá tener autos totalmente conectados, con sensores que ahorren tiempo de tránsito en 26% y accidentes” , dijo el investigador de Ford, Sudipto Aich.

Aunque Aich no considera un futuro en el que ya no existan conductores, advierte que este tipo de tecnología ayudará a reducir riesgos y accidentes automovilísticos causados por tendencias tecnológicas como constante envío de mensajes o hablar por teléfono y buscar aplicaciones mientras manejas.

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“Algo que realmente ha hecho disrupción en los hábitos de manejo más que beber y manejar es manejar y mandar mensajes. Al tener un coche más inteligente se pueden reducir estos errores y falta de atención humana por hábitos que antes no se consideraban”, dijo.

En su máximo desarrollo, este sistema podría incluir 38 millones de pixeles en distintas cámaras dentro de un auto, equivalente a 16 pantallas ultra HD, sensores de movimiento y proximidad que detecten las distracciones del conductor y prevengan accidentes.

Cuerpos conectados

Otra de las aristas receptoras de los fondos de Intel Labs es la tecnología vestible. En este frente la firma experimenta con sensores y algoritmos que puedan medir emociones o actividad física para después darle un uso en la vida cotidiana.

Para llevar estos desarrollos al mercado, Intel está trabajando con marcas de moda y diseño como la relojera Fossil y la marca de lujo independiente Opening Ceremony para el desarrollo de objetos de lujo que se puedan conectar a la red, con los cuales además de innovar planea dar batalla a otras empresas como Samsung, Motorola, Sony o Apple, que también han optado por esta tendencia para continuar ganando mercado.

Además de unirse a grandes tendencias, tanto los autos como lo vestible harán que Intel ingrese al mercado de Internet de las cosas, que podría valer 7,100 billones de dólares en 2017, según IDC.

Fuerza laboral futurista

Para mover sus desarrollos futuristas, Intel también apoya a desarrolladores independientes, a los que llama “makers” dentro de su laboratorio Intel Labs.

“La revolución de los nuevos creadores es muy importante; para nosotros son los científicos y lideres del mañana y serán la fuerza laboral que viene”, dijo el investigador de Intel Jay Medican.

Smart Fashion es un ejemplo de ello. Se trata de una corbata y una pechera para mujer que a través de sensores son capaces de detectar las emociones de la persona y cambiar de color según el humor.

“Es una prueba de lo que se puede hacer al entender el cuerpo y ponerle tecnología”, dijo una de las desarrolladoras del prototipo.

Este desarrollo les llevó a los jóvenes 2 meses de diseño, 2 más de prueba de algoritmos y 3 semanas de ensamblaje.

Tras haber sido una firma típicamente de desarrollo de tecnología intangible al usuario, consultoras como IDC ya la consideran como una nueva jugadora dentro del mercado del Internet de las Cosas que tomará fuerza económica en los próximos años.

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