Melinda y Bill Gates son inmunes a la Apple Watch-manía. Esta semana un reportero de TMZ le preguntó a Melinda si tenía “algún interés en el iWatch de Apple " (sus palabras, no las nuestras), ella sonrió a la cámara, se rió y dijo: "No, no compraré uno".
Sin desalentarse por la negativa, el periodista le preguntó si su marido, el fundador de Microsoft, acudiría a una tienda Apple en el corto plazo.
"¿Y qué hay de Bill? Quiero decir, ustedes tienen que vigilar a la competencia, ¿no?", preguntó el reportero.
"No, utilizamos productos de Microsoft", replicó Gates sin dejar de sonreír.
"¿Exclusivamente?"
"Exclusivamente", dijo ella.
Melinda, que durante mucho tiempo fue ingeniera en Microsoft (así es como conoció a Bill), ya ha sobrellevado en otras ocasiones el cuestionamiento sobre Apple.
En una entrevista para New York Times Magazine en 2010, se le preguntó si ella tenía un iPod. Ella dijo que tenía un Zune, el hoy desaparecido reproductor de MP3 de Microsoft.
Gates señaló que sus hijos querían un iPod, pero ella se negó, ofreciéndoles en su lugar reproductores Zune.
El reportero del Times no estaba satisfecho.
"¿Tienes un iPad?" ("Por supuesto que no".) "¿Es cierto que Bill trabaja en un portátil de Apple?" ("Falso. Nada cruza el umbral de nuestra puerta".) "¿Hay lugar en este mundo para Apple y Microsoft? ("Ve a hablar con Bill".)
Bien, pues eso parece zanjar el asunto.