¿Es un verdadero riesgo confiar en los automóviles que se conducen solos?
Estaba determinado a pasar. Algún día, alguien sería el primero en morir en un vehículo conducido por computadora. Joshua Brown murió en un horrible accidente en una carretera de Florida, aparentemente confiando en el sistema de autopiloto de su Tesla.
El sistema de piloto automático, que utiliza sensores y cámaras para detectar potenciales obstáculos adelante en el camino, no vio un camión que daba vuelta a la izquierda frente al auto de Brown, y nunca aplicó los frenos, de acuerdo con el propio blog de Tesla.
¿Significa esta falla que no debemos confiar en los autos autónomos?
No tan rápido. En Estados Unidos alrededor de 90 personas mueren diariamente en autos conducidos por humanos.
Aunque la tecnología de los vehículos autónomos no es perfecta, y quizá nunca lo será, la mayoría de los expertos aceptan que tiene potencial para ser, por mucho, más segura que muchos conductores humanos.
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La tecnología de conducción autónoma ya ha recibido el crédito de haber salvado vidas. Más notablemente, los reguladores de seguridad y las compañías automotrices han aceptado el hacer el frenado automático -cuando se detecta un vehículo en el frente y el conductor no frena- una característica estándar en todos los nuevos autos.
Las estadísticas muestran que esta tecnología puede prevenir accidentes peligrosos que, en 2012, causaron 1,700 muertes y más de medio millón de personas heridas solo en Estados Unidos. Desde luego, nadie afirma que puede prevenir todos los accidentes.
Cuando tecnologías de sensores como esta se combinan con otras, algo emerger que es casi como una conducción autónoma.
Por ejemplo, muchos autos ahora tienen cámaras que detectan las líneas de la carretera y que regresan el auto al centro del carril y se llega a desviar. Algunos de esos sistemas son mejores que otros y, en mi experiencia, ninguno de ellos funciona cuando las líneas son difíciles de ver o no existen.
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Cuando se combina con el llamado "control de crucero activo", los sistemas usan cámaras, radares y otros sensores para detectar vehículos adelante en la vía y mantener una distancia segura, y un conductor puede en teoría conducir por una autopista sin mover de forma activa el volante o tomar los frenos o el acelerador.
Mercedes-Benz e Infiniti, entre otros, ofrecen sistemas como esos en sus autos. Un aspecto clave en sus sistemas, sin embargo, es que el conductor debe mantener las manos al volante todo el tiempo.
Si retiro mis manos por unos segundos, el auto me recordará que tome el volante nuevamente. En caso contrario, el sistema se apagará y tendré que tomar el control total.
Esos sistemas se han vuelto muy sofisticados y trabajan bien en autopistas, inclusive en tráfico pesado. Pero no están diseñados para andar en calles de la ciudad o intersecciones complejas.
Muchas armadoras y compañías tecnológicas están intentando hacer que los autos autónomos trabajen bien en la ciudad.
BMW recientemente anunció que tendrá autos autónomos capaces de conducir por la ciudad para el 2021.
La autopista donde murió Brown era particularmente problemática, porque permite las vueltas a la izquierda a través del tráfico sin que haya luces de advertencia.
Eso es una combinación de problemas tanto en ciudades como autopistas. Situaciones como esas son un desafío para los conductores humanos, así como para los ingenieros que diseñan los autos autónomos.