La razón por la que la presidencia de Trump pone en riesgo tu privacidad
El 20 de enero de 2017, Donald Trump, asumirá su rol como presidente de Estados Unidos, investidura que, en temas de tecnología, le otorga el control de decisión, alcance y ejecución de programas de seguridad cibernética como los que opera la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), que implican entre otras cosas, campañas de espionaje cibernético a ciudadanos o recolección de datos de personas sin una orden judicial.
En 2013, la información filtrada por Edward Snowden, ex contratista de la NSA, dejó al descubierto que la agencia llevaba a cabo diferentes programas de espionaje cibernético sobre ciudadanos , empresas y gobiernos. La publicación de estas prácticas trajo a la mesa debates sobre la importancia de la privacidad para el ser humano y la negativa de que empresas y gobiernos usen la tecnología como mecanismo de control, pero a pesar de los debates, estos programas siguen vigentes y existe una orden ejecutiva que le brinda al mandatario de Estados Unidos, el control directo sobre cómo se ejercen estos programas.
La orden ejecutiva 12333 , inicialmente firmada por el ex mandatario Ronald Reagan en 1981, permite al presidente de Estados Unidos total control sobre los programas de seguridad nacional, incluidas las operaciones de la NSA como la recolección de información digital, datos e investigación de data centers, dentro y fuera de Estados Unidos, como parte de investigaciones de carácter de seguridad nacional.
Dado el poder que otorga dicha orden ejecutiva, analistas de ciberseguridad, han levantado la ceja sobre el riesgo que existe sobre la forma en la que Trump puede ejercer su autoridad en el ciberespacio.
Camilo Gutiérrez, jefe de investigación de ESET América Latina, comentó que si bien tras Snowden se elevó la conciencia de los ciudadanos ante este tipo de prácticas, estima que a pesar del descontento de la gente para con el gobierno, a futuro dichas prácticas no cesarán, pero el papel de la industria y la ciudadanía será exigir transparencia a los gobiernos en el manejo de sus programas y datos.
“Los gobiernos tienen que empezar a ser muy transparentes de cómo se manejan con sus usuarios, ver qué información tiene y requieren, de qué manera se van a alojar en los servidores, para qué se usa, quién la emplea y demás”, dijo.
Sin embargo, la secrecía de estos programas es algo característico de su operación, por lo que se estima que hacia adelante estas prácticas puedan incluso incrementarse sin que se haga público.
“Los gobiernos lo hacen amparados en que es por seguridad nacional”, agregó Gutiérrez.
El 16 de noviembre, el medio digital The Intercept, publicó una investigación basada en nuevos documentos filtrados por Snowden , que retratan cómo la NSA operaba un centro de espionaje en un edificio de AT&T en la ciudad de Nueva York, lo que de acuerdo con el ex contratista es prueba de la poca transparencia de las operaciones de la NSA.
En cuanto a qué podría hacer Trump con el control de los programas de la NSA, y otras iniciativas, Gutiérrez señala que es incierto; sin embargo, en un mundo en donde la hiperconectividad se ve como algo común para la mayoría de las personas, las vías para que el usuario sea monitoreado se multiplican y elevan la responsabilidad de cada persona por cuidar de sus datos y tomar las medidas necesarias para protegerse.
“Si los usuarios quieren estar tan conectados van a tener que ceder privacidad y tener más control por ese lado”, dijo.
También recomendó tomar conciencia de la importancia de usar correctamente cuestiones cotidianas como las contraseñas de sus equipos, el cifrado de datos e incluso el uso de VPN (virtual private networks) para conectarse a redes públicas por ejemplo.
“Sólo con estas medidas se podrá estar un poco más preparado para enfrentar un ataque de ciberseguridad”, dijo el ejecutivo.