Cancún y San Luis Potosí, los focos rojos en términos de violencia para Uber
Aunque los actos violentos contra los conductores de Uber parecía ser tema superado en la Ciudad de México, entre más se expande la plataforma de vehículos bajo demanda, más se enfrentan con los conductores de servicios públicos, quienes ven amenazada su fuente de ingreso por la popularidad de la aplicación.
El pasado 15 de enero, el conductor de Uber en Cancún, Hadad Isaí, perdió la vida en un accidente automovilístico por una presunta persecución por un grupo del sindicato de taxistas de la turística ciudad. En San Luis Potosí, la violencia contra los conductores ha derivado en ocho denuncias ante la autoridad.
“Cancún y San Luis Potosí son actualmente focos rojos para nosotros, ha habido una violencia lamentable“, expresó María Fernanda Resendiz, directora de comunicación de Uber México en entrevista con Expansión. “Hemos pedido a las autoridades que se tomen acciones al respecto, particularmente en el lamentable caso del fallecimiento en Cancún“.
La razón fundamental para los actos de violencia que existe contra los conductores de la aplicación, es que los precios generan una competencia injusta, de acuerdo con los taxistas. En Cancún, por ejemplo, un Uber del aeropuerto a la zona hotelera cuesta cerca de 200 pesos, mientras que un taxi tradicional puede llegar a los 700.
Aunque Resendiz menciona esos dos focos rojos, entre más entran en otras ciudades existe una mayor probabilidad de actos violentos. Laura Rodríguez, conductora de Uber en Ciudad Juárez, mencionó en entrevista que los taxistas le rompieron el parabrisas en una ocasión, por lo que pide a sus usuarios que viajen en el asiento del copiloto, para no despertar sospechas.
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La industria del transporte público deja miles de millones en derrama económica anualmente. Tan solo la ruta del aeropuerto de Cancún a la zona hotelera deja más de 8,000 millones de pesos al año, de acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo.
Uber pide regulación
Para la empresa, es importante llegar a un acuerdo nacional en regulación del servicio, ya que actualmente cada entidad resuelve la legalidad de Uber a su manera.
“Siempre mantenemos las puertas abiertas con las autoridades con miras a una regulación. Hay estados que hoy cuentan con regulaciones que son totalmente modernas, que abrazan la innovación y la tecnología, que permiten una convivencia entre las diferentes partes“, explica Resendiz.
Como ejemplo, pone al Estado de México, cuya ley regula el transporte privado por arrendamiento a través de aplicaciones tecnológicas, y contempla bicitaxis y bicicletas públicas.
Además de la regulación existente en el EdoMex, la primera ciudad en el mundo en regular a Uber como parte del transporte público en 2015 fue la Ciudad de México. Desde entonces, otros competidores como Cabify o EasyTaxi están peleando para que se realice una regulación nacional.
“Hemos dicho que no venimos a competir con el sistema de transporte público, sino a complementar lo que hay en la ciudad. El 80% de los usuarios de Uber en México tienen auto propio, por lo que creemos que una solución innovadora permite precisamente que las diferentes opciones de movilidad de una ciudad puedan competir y operar dentro de la misma“, concluyó.