La frágil ciberseguridad aislaría comercialmente a gobiernos: expertos
Tras diversos casos en los que los gobiernos han sido espiados al ver vulnerado alguno de sus sistemas cibernéticos abre la posibilidad de que, en aras de elevar los niveles de ciberseguridad, algunos países tengan la opción de optar por cerrar algunas fronteras de intercambio tecnológico.
Estados Unidos y Rusia podrían dar un primer ejemplo.
Tras el reciente caso, publicado por The New York Times y el Wall street Journal, en el que se dio a conocer que el gobierno ruso supuestamente espió al gobierno estadounidense al vulnerar software de la firma de ciberseguridad de origen ruso Kaspersky, analistas consideran que una medida de defensa sería bloquear al 100% el uso de tecnologías extranjeras.
“Podemos llegar al punto en el que un país como Estados Unidos te diga que aquí no se usa tecnología que no sea estadounidense. Estados Unidos y Rusia podrían ser autárquicos, sería la balcanización de la tecnología”, dijo en entrevista Rodrigo Orenday Serratos, abogado de tecnología, medios y telecomunicaciones de Santamarina y Steta.
El término autárquico refiere a economías o sociedades que buscan ser totalmente autosuficientes y a las que no les interesa tener ayuda extranjera.
Sobre esta controversia, Kaspersky ha reiterado que no tiene lazos con el gobierno del Kremlin y que a pesar de que existen leyes que obligan a las firmas de contenido y de redes (ISPS) a compartir sus llaves de cifrado con el gobierno, ellos no comparten este tipo de información.
En el caso de Kaspersky, el gobierno estadounidense prohibió el uso de tecnología de la firma en redes gubernamentales desde 2015 y en septiembre pasado, el retailer Best Buy, dejó de vender sus productos en territorio estadounidense.
Orenday explicó que, si bien existen ya leyes que acotan las exportaciones de tecnología de cifrado de alta capacidad, por ejemplo, como protección de seguridad nacional; este tipo de intercambios se cerraría aún más.
“Estos intercambios suponen un riesgo por lo que las principales potencias podrían restringir la entrada de tecnología de países catalogados de una u otra forma como hostiles. De ocurrir así, los Estados Unidos y la Unión Europea, Rusia, China y Japón se convertirán en los principales polos de atracción para los países que no sean capaces de desarrollar capacidades tecnológicas propias para garantizar su seguridad nacional”, dijo el especialista.
El abogado afirmó que estos países pondrían su estrategia de ciberseguridad por encima de la comercial para proteger mejor sus sistemas.
Sin embargo, para Rodrigo Sámano, también especialista en temas de ciberseguridad, esta posición tras el caso Kaspersky es poco probable. Aunque apuntó que si bien la firma Kaspersky puede no estar implicada en lazos con el gobierno de Putin, las presiones podrían ir más en el entendido de beneficiar a alguna empresa ligada a la administración de Donald Trump.
“Para mi realmente el caso es más bien una pelea entre países y son comentarios inflamatorios del inquilino de la Casa Blanca (...) A los americanos les da por hacer boicot con las cosas cuando no les parece y creo que más bien estarían sacando a una empresa para beneficiar a otra”, dijo Sámano.
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Otros casos que sientan precedente de bloqueos tecnológicos es el de la china Huawei. El comité de inteligencia de Estados Unidos indicó a las empresas estadounidenses que no compraran tecnología de este proveedor, por riesgo de espionaje, en 2012 y recientemente la empresa fue sancionada con una multa de 4.8 millones de dólares por haber cometido espionaje industrial, según el fallo de la corte estadounidense.