La era de los datos abrirá un parte aguas para el mundo, pues en ésta se podrán explorar a detalle lo que día a día se emite en la red y por ende se podrán idear nuevas soluciones y servicios.
En este contexto, los datos tienen un papel fundamental, debido a que gracias al análisis de data es que las empresas pueden tener insights para generar una ventaja competitiva real.
“Como lo dijo nuestra CEO de IBM, Ginny Rometty: Los datos son el recurso natural del siglo XXI, y algunas de las empresas que han permanecido mucho tiempo dentro del mercado, en realidad no se han dado cuenta de la cantidad de datos que han generado y que podrían ser analizados para crear nuevas oportunidades de innovación. Por esto, uno de los puntos fundamentales dentro de la estrategia de reinvención digital es plantear cómo se utilizarán y analizarán los datos para hallar nuevas formas de innovar”, precisó Eduardo Gutiérrez, director general de IBM México.
En América Latina, el panorama a futuro es alentador. A nivel empresarial, se espera que el 2019 sea un mejor año para la innovación y la inversión: el 54% de las compañías encuestadas en una reciente investigación de IDC aseguró que aumentará sus gastos en tecnologías de la información, y sólo el 17% planea gastar menos que en 2018. Además, para 2020, el 30% de las iniciativas de reinvención digital utilizarán servicios de inteligencia artificial en Latinoamérica, lo que abre las posibilidades de la era de la data.
“Con todas las herramientas con las que contamos y las posibilidades que se han visto, esta era de los datos la veo rompiendo esquemas de forma masiva en 2023, pues las empresas empezarán a usar más machine learning y sabrán diferenciar lo que es un dato a un metadato” indicó Baltazar Rodríguez, evangelizador tecnológico de IBM México.
Aunque en el mundo ya existen legislaciones como la del GDPR o el Contract for the Web Project de Tim Berners-Lee (lanzado a finales de 2018 para definir el rol que deben tener los Gobiernos, las compañías y los usuarios en el uso de internet y los datos), aún existen retos sociales para que los usuarios logren entender hasta donde llegan los datos que recopilan las empresas y para que tengan más cuidado sobre qué información comparten.
“Finalmente la inteligencia artificial y las máquinas que analizan los datos necesitan de un humano para aprender a hacer estas actividades, si un humano es el que las programa mal se trata de un problema ético humano, sin embargo los usuarios también deben de hacerse responsables y conscientes de la información que comparten para justo evitar caer en un problema de privacidad”, finalizó Rodríguez.
