“Estamos preocupados por la posibilidad de tener que retirar a nuestros colegas Daca de la compañía. Esto es un tema moral: nuestro país hizo una compromiso con una población altamente vulnerable interesada en un brillante futuro y debemos mantener ese compromiso”, cita un documento firmado por Cook y Deirdre O’Brien, vicepresidente de recursos humanos de Apple, que fue enviado a la Suprema Corte de Estados Unidos.
Actualmente en la firma laboran 443 dreamers -personas que fueron traídas a Estados Unidos por sus padres migrantes aún como niños y que ahora enfrentan la incertidumbre de un gobierno que busca cancelar los derechos que los protegían, como el programa Daca, impulsado por el gobierno del expresidente Obama- de 25 países distintos y cuatro continentes.
Cook advirtió que como compañía harán más por proteger a este talento.
Durante una conferencia esta mañana en Nueva York, en el marco del foro ejecutivo de Bloomberg, Cook añadió que la defensa de este tema es “uno de los temas más importantes de nuestro tiempo, actualmente, está entre las grandes preocupaciones”.
“Estas personas, si no las han conocido en Apple, muchos de ellos vinieron a Estados Unidos cuando tenían dos años. Ellos no tomaron exactamente la decisión de venir aquí. Ellos solo conocen nuestro país. Este es nuestro hogar. Cuando hablas con ellos, yo esperaría que todos en el país amaran a esta país tanto como ellos”, añadió.
A la par, Cook calificó de inaceptable, como país, hablar de cerrar la puerta a la inmigración.