Reseña: Surface 7 Pro ya está de regreso en México, ¿vale la pena comprarla?

En el último reporte financiero de la empresa, la división de Surface representó 1,500 millones de dólares, un incremento de 37% con respecto al trimestre anterior y ha tenido ganancias de más de 1,000 millones en el último año, por lo que podemos decir que es un producto que sí atrae a los usuarios de Microsoft.

Ahora para alguien que no ha probado una versión anterior de este equipo, no puedo dar un veredicto sobre si hay una mejora o no. Sin embargo, al ser el primero en desembarcar en México, creo que tiene algunas características interesantes.

En mi caso particular, puedo entender por qué es un producto que atrae a estos usuarios. Para empezar, en temas de diseño es un producto bastante práctico, para empezar algo que se agradece mucho es el kickstand incorporado que además tiene diferentes posiciones. Microsoft dice que son posiciones de modo estudio, tableta o modo laptop, sin embargo, más allá de ponerle un “modo” creo que es una herramienta excelente para la usabilidad del equipo, sin tener que comprar cubiertas o soportes externos.

Si bien los biseles son un poco más grandes que a lo que estoy acostumbrada, en realidad no representan una distracción en mi uso del equipo. Además, es un equipo ligero por lo que se vuelve muy “transportable” y sí cumple la promesa de ser tanto una “tableta” como una laptop personal. Lo único que hay que tomar en cuenta, es que –al igual que muchos productos de este tipo–, hay que comprar por separado la Surface Pen y el teclado Type Cover para poder tener esta experiencia. (En mi caso, ambos productos se incluyeron por lo que pude utilizarla de esta manera).

El teclado considero que sí es algo en lo que se debe invertir para sacarle el mayor provecho a este equipo, además de que sí cumple la promesa de convertirlo en una laptop, tiene la suficiente rigidez y usabilidad como si fuera un teclado fijo de una computadora.

En términos de rendimiento cuando se utiliza para un día promedio de navegación en internet, procesadores de texto y una que otra videollamada, el equipo tiene una vida de un día más o menos. Cuando a eso se le suma además el consumo de entretenimiento, como servicios de streaming, sí necesita entonces de una carga en la noche.

El equipo tiene el último procesador Intel Core de décima generación de cuatro núcleos, cuenta con puertos USB-A y USB-C, Wi-Fi 6 y corre con Windows 10, por mencionar algunas de sus características.

En general su uso es bastante sencillo desde que se hace la configuración inicial –con ayuda del asistente inteligente Cortana– hasta que ya se navega o trabaja con archivos. Cortana responde bien a los comandos que se le indican, si se tiene activada la opción de contar con ella.

En el caso de la pantalla, por ejemplo, cuando se reproduce un contenido, podemos ver que tiene buenos contrastes y es bastante luminoso. Lo único es que tal vez resulte demasiado reflejante para algunos.

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Para una persona que normalmente no utiliza un equipo con Windows, la Surface Pro 7 se convierte en una excelente herramienta. Es fácil de usar, es suficientemente portátil para convertirse en una tableta, pero suficientemente potente para ser utilizada para la vida diaria de mi trabajo. Lo que sí hay que tomar en cuenta es la necesidad de comprarla con el teclado para poder tener estas prestaciones. Para ser la primera generación desembarcada oficialmente en México, considero que es un equipo que satisfacerá las necesidades de quienes la estaban esperando.

Por cierto, este 1º de diciembre saldrá a la venta la Surface Pro X, el modelo más potente de esta familia de 2 en 1 con el procesador de siguiente generación Microsoft SQ®2 y una arquitectura ARM. Este se podrá comprar en distribuidores autorizados por desde 28,499 pesos.