La empresa liderada por Elon Musk se resistió inicialmente a llamar a revisión a los vehículos afectados, lo que obligó a la NHTSA a solicitar formalmente al fabricante a mediados de enero que notificara a los propietarios del problema para proceder a la reparación de las unidades defectuosas.
Tesla no estaba obligada a cumplir con la solicitud de la agencia federal, pero sí debe brindar una explicación a la agencia de seguridad. Además, tendrá que reemplazar una parte de la computadora a bordo de los vehículos retirados del mercado.
Este defecto "puede provocar la pérdida de la pantalla de la cámara de visión trasera, de los parámetros de control de descongelación/desempañado y de la señal de cruce, reduciendo la visibilidad y aumentando el riesgo de accidentes", detalla la NHTSA en su carta.
La falla también puede afectar el sistema de asistencia a la conducción instalada en los autos, advirtió la agencia.
Según los datos proporcionados por Tesla a NHTSA, más del 30% de los vehículos producidos en determinados meses han tenido problemas con el defecto. La agencia dijo que además la incidencia de problemas se acelera en vehículos con tres o cuatro años de funcionamiento.