Pieza clave en la estrategia del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro de cara a las elecciones de octubre, la aplicación de mensajes continuaba funcionando normalmente este sábado, aunque operadoras de telefonía móvil como TIM ya estaban avisando por SMS a sus clientes que sería bloqueada a partir del lunes.
El nuevo plazo para revertir la decisión fue dado después que el fundador de Telegram pidiera disculpas a la corte suprema y afirmara que los incumplimientos que motivaron el bloqueo se debieron a un "problema de comunicación" por e-mails traspapelados, pidiendo más tiempo para cumplir con las órdenes judiciales.
Tras "el establecimiento de la comunicación de la plataforma con el STF", Moraes accedió a otorgarle a la compañía 24 horas para cumplir las determinaciones pendientes, entre ellas la de nombrar un representante legal en Brasil, eliminar perfiles y detallar las medidas que adopta la empresa para combatir la desinformación.
En paralelo, el gobierno brasileño intentaba por su lado revertir la suspensión. La Abogacía General de la Unión (AGU) presentó la madrugada de este sábado un recurso ante otra jueza del STF argumentando que la medida contra Telegram es "desproporcionada" y carece de base legal. De momento, el STF no se ha pronunciado sobre ese pedido.
Bolsonaro, que tiene más de un millón de seguidores y numerosos grupos de apoyo en Telegram, calificó el viernes la suspensión como "inadmisible" y dijo que amenaza "la libertad" de los brasileños.
Telegram, que ha sido objeto de prohibición o restricciones en varios países, como India y Rusia, llevaba tiempo en la mira de la justicia electoral y la corte suprema, especialmente molestas con el hecho de que la compañía no tenga representación legal en Brasil y no responda a sus demandas para evitar una avalancha de desinformación en las próximas elecciones, como la que sacudió la campaña electoral de 2018.
El año pasado, la justicia electoral de Brasil intentó reunirse, sin éxito, con representantes de Telegram para que la compañía colaborara en el combate a la desinformación de cara a las presidenciales de octubre, como se comprometieron Twitter, TikTok, Facebook, WhatsApp, Google, Instagram, YouTube y Kwai.
Con sede en Dubái, Telegram está instalada en el 53% de los celulares brasileños y es la plataforma que más crece en el país, según el Tribunal Superior Electoral.