“Debemos pensar en proyectos fuera de las cuatro paredes del aula, donde se puedan resolver problemáticas cercanas a los niños y donde se visibilice el poder de convocatoria que ellos tienen. No sólo se debe pensar en enseñar matemáticas para desarrollar un robot o algoritmos, se tiene también que pensar en usar este conocimiento en mejoras que impacten a su comunidad”, indicó Góngora en entrevista.
El proyecto de Góngora, Alquimistas de la Educación, es considerado un proyecto de ciencia de impacto social, que ha focalizado esfuerzos en conservar desde recursos naturales del ayuntamiento donde imparte clases el profesor, hasta la recuperación de centros sociales, donde se evita que sean focos de drogadicción e insalubridad.
“Para tener más inclusión, uno de los prejuicios que debemos quitarnos es la posibilidad de que los niños tomen decisiones en torno a los proyectos que quieren desarrollar e impulsar, pues tienen este poder de convocatoria y educación con sus seres cercanos, lo que no sólo impacta de manera positiva con ellos, sino también con su entorno”, apunta Góngora.
El profesor reconoce que la motivación con el profesorado es un reto que aún se mantiene y por el que lo han convocado dentro su estado.
¿Por qué más niñas en Tecnologías de la Información y la Comunicación?
De acuerdo con la UNESCO, sólo el 30% de las mujeres que eligen una carrera universitaria deciden estudiar temas relacionados con Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Mientras que según el Banco Mundial, en América Latina menos del 10% de las personas que egresan de carreras STEM son mujeres.
Desde 2017, Movimiento Stem ha impactado en más de 9 millones de personas con un enfoque educativo que prioriza los proyectos sociales que se familiarizan directamente con proyectos sociales y locales; en esta misión promueve el National Teacher Prize México en colaboración con Varkey Foundation, reconocimiento que Fredy Góngora obtuvo este año.
“Las carreras STEM no tienen género, ni ayer, ni hoy, ni mañana y puedes ser fuerte y también femenina cuando te desempeñas en estos espacios. A mí, por ejemplo, me pasó que mientras estaba en la universidad muchos de mis compañeros me empezaban a tratar como a sus amigos hombres, y tenían el prejuicio de que no era tan femenina”, apuntó Paola Castillo, científica del Instituto Politécnico Nacional.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, entre el 2012 y el 2021 el número de mujeres profesionistas que estudiaron alguna carrera de ingeniería, ciencia o matemáticas aumentó un 42%. Sin embargo, de los egresados de estas carreras, sólo el 12% son mujeres empleadoras; es decir, por cada seis hombres hay una mujer empleada.
“Creo que algo que es vital es educar con el ejemplo, romper prejuicios, cambiar esta idea de que estudiar ciencia es aburrirse, que no es femenino, nada bonito y que siempre estás leyendo libros. La verdad es que demostrar que la ciencia es divertida y entretenida es un reto que tenemos, sobre todo con niñas y adolescentes”, admitió la especialista en física, Alma Isabel Ramos.
