Por su parte, Sir Lucian Grange, CEO de Universal Music, escribió en una carta que aunque desde pequeño siempre fue un apasionado por las nuevas tecnologías en la industria musical, también reconoce el potencial de la inteligencia artificial para el uso indebido y la desinformación. “Los avances tecnológicos rápidos de hoy han permitido la manipulación digital, la apropiación indebida y la atribución errónea del nombre, la imagen, la semejanza, la voz y el estilo de un artista, las mismas características que los diferencian como intérpretes con una visión y expresión únicas."
Para regular cualquier cosa el primer paso es comprenderla y la industria de la IA es una que va cambiando con tanta rapidez que conocerla a fondo sigue siendo un reto.
Sin embargo, la alianza entre estas empresas resultó en tres principios: la IA ya está aquí, “y la abrazaremos de manera responsable junto con nuestros socios musicales”; la IA está inaugurando una nueva era de expresión creativa, pero debe incluir protecciones adecuadas y abrir oportunidades para los socios musicales que decidan participar; y que han construído una organización líder en la industria en confianza y seguridad, así como políticas de contenido. “Escalaremos estas para enfrentar los desafíos de la inteligencia artificial."
Aunque hasta ahora estos principios no pasan de recomendaciones, ambas compañías colaboraron para crear el Incubador de IA musical de Youtube en el que artistas, compositores y productores como Björn Ulvaeus, Louis Bell, Rodney Jerkins o Ryan Tedder ayudará a recopilar información sobre experimentos de inteligencia artificial generativa y proyectos de investigación.
La regulación de la IA en la industria musical, ¿es posible?
Hay una línea muy gris en torno a esta discusión, pues se puede utilizar la IA en casi cualquier etapa de la creación, producción y distribución de una canción. Por ejemplo, se puede crear la letra de una canción en un programa como ChatGPT; componer la música en otro programa como AIVA o IBM Watson Beat; crear una portada para la canción en Dall-e y usar algún programa como Deep Dream Generator para hacer un video creativo y distribuír tu canción.
Además, de acuerdo con Ricardo Méndez, docente y productor musical, uno de los retos más grandes sería identificar qué fue hecho con IA y qué no, pues ya existían desde antes otras tecnologías como plug-ins con los que se pueden generar piezas musicales. “Esto ya tiene años, con sus proporciones, pero el que la gente pudiera hacer música sin hacer música ya estaba en el mercado, solo que ahora cambió de nivel”, compartió.
Pero, incluso, la música ha cambiado gracias a la tecnología. No es lo mismo hacer una canción “de stock” con IA para un video promocional en TikTok que una canción para subir a plataformas como Spotify y Youtube y monetizar. “Antes solo había música que venía de disqueras. Ahora hay música que tiene un papel desechable, que solo está ahí para terminar de dar un mensaje; como una vajilla desechable que solo usas para una fiesta y ya. Es válido que tenga ese uso también”.
Sin embargo, hay otro tipo de casos y uno de los más emblemáticos del uso de la IA en la industria musical fue el de los cantantes Drake y The Weekend, en el que un anónimo bajo el nombre de usuario Ghostwriter977 publicó una canción titulada Heart On My Sleeve pero, generada con IA con la voz de estos artistas.
La canción alcanzó 600,000 reproducciones en Spotify, 15 millones de visitas en TikTok y 275,000 visualizaciones en YouTube. Pero, ante tal popularidad, Universal Music Group pidió que la canción fuera removida por “contenido infractor creado con IA generativa”.
Para este tipo de casos, de acuerdo con Grerardo Sordo, CEO y fundador de BrandMe, lo principal es regular la voz de los talentos que son propiedad de las grandes disqueras como Universal Group, Warner o Sony. “En estos casos se están infringiendo dos aspectos legales: el uso de imagen de la celebridad y otro sobre la composición musical que, por derechos y exclusividad, deberían ser de una disquera” compartió.
Y…¿a quién culpamos?
El segundo principio de YouTube habla sobre las protecciones adecuadas con los “socios musicales” pero, de acuerdo con Sordo, si haces una canción que se volvió una tendencia musical en internet, ¿a quién se debería culpar? ¿a la gente que creó la IA, a los que la programaron, a los que la utilizaron o los que la dstribuyeron? Y en dado caso, ¿cuál sería la responsabilidad de las empresas en cada uno de estos procesos?
Hasta ahora, no hay ninguna materia legal en México ni en el mundo que hable sobre la regulación de la IA en esta industria y, de acuerdo con Sordo, así como ocurrió con Ares y LimeWire, pronto debería ocurrir con esta industria y recomienda que se tomen dos aspectos: la propiedad del talento y su imagen y la verificación de las personas que comparten el contenido.
Por ello, el camino a la regulación de la IA en la industria musical aún es largo y requerirá de un apoyo holístico; no solo de las mismas disqueras, sino el involucramiento de las empresas de tecnología, expertos en derecho de propiedad intelectual y gobiernos.