De acuerdo con el medio israelí, aunque estas empresas no suelen trabajar juntas, todos están colaborando como parte de lo que se describió como un esfuerzo conjunto sin precedentes para ayudar en el frente de la inteligencia digital. Todas las empresas mencionadas, así como docenas más, se han negado a hacer comentarios sobre este informe por temor a que pueda perjudicar sus esfuerzos.
Incluso mencionan que muchas de estas empresas trabajan con el Ministro de Defensa o las agencias de inteligencia israelíes, pues durante la guerra, estas empresas se consideran no sólo industrias "vitales" que se les permite seguir operando mientras gran parte de la economía israelí está cerrada, sino también una cuestión "existencial".
El estatus "vital y existencial" está reservado para un pequeño número de empresas y es lo más cercano que una entidad de propiedad privada puede estar de un organismo de defensa oficial. En algunos casos, sus empleados realizan el servicio de reserva como enlaces entre las empresas y las instituciones israelíes.
Esto significa que desde que estalló el conflicto, los desarrolladores de empresas como NSO o Candiru han estado trabajando sin descanso para actualizar sus tecnologías para atender nuevas y urgentes necesidades. El spyware Pegasus, por ejemplo, fue actualizado para mejorar su capacidad en operaciones de búsqueda y rescate.
Se estima que son cerca de 220 rehenes y, de acuerdo con Reuters , 138 de ellos cuentan con pasaportes internacionales como el de Argentina, Alemania, Estados Unidos, Francia y Rusia Por ello, Israel está discutiendo las posibilidades de rescatar a los rehenes con otros gobiernos, pues más de la mitad tienen pasaportes extranjeros incluidos trabajadores agrícolas, visitantes y personas con doble nacionalidad.
Hasta el momento, solo cuatro rehenes han sido liberados desde el comienzo de los combates.
Los soldados digitales de Israel
De acuerdo con Haaretz , luego del ataque, trabajadores en el campo de ciberseguridad e inteligencia e incluso voluntarios con experiencia relevante, han recibido solicitudes de amigos y familiares para ayudar a localizar los teléfonos de sus seres queridos desaparecidos desde el sábado pasado. A pesar de los esfuerzos voluntarios, algunas de las empresas informan que hasta un tercio de sus empleados están sirviendo actualmente en posiciones militares regulares.
Por ejemplo, el analista que habló con Haaretz logró verificar la identidad de cinco israelíes. Sin embargo, señaló que tales éxitos distan mucho de ser buenas noticias: "Hay familias que no saben qué les sucedió a sus hijos. Ayudamos a cruzar información forense con otras formas de datos y confirmamos que su hijo no está entre los desaparecidos, sino entre los muertos. Al menos ahora lo saben, la incertidumbre es terrible", agregó.
Las diferentes empresas y equipos de voluntarios se han centrado en encontrar a personas desaparecidas, contabilizar a los muertos y crear la lista definitiva de rehenes. Desde entonces, la misión ha cambiado y ahora se centra en consolidar recursos, esfuerzos y datos. Estos esfuerzos se centran ahora en lo que las fuentes describen como "tres frentes".
Los involucrados afirman que la inteligencia de código abierto (OSINT), y no la cibernética, está resultando fundamental. Las empresas que se centran en WEBINT, o inteligencia recopilada de Internet abierto, o empresas de redes sociales centradas en plataformas como Instagram o TikTok, e incluso empresas especializadas en informática forense o IA y la fusión de diferentes tipos de datos de inteligencia son fundamentales y ayudan a consolidar la información recopilada de fuentes abiertas, así como de fuentes de inteligencia cibernética o de señales.
Cabe mencionar que Israel es uno de los países con mayor inversión en la industria tecnológica. De acuerdo con un reporte de la autoridad de innovación de Israel , la alta tecnología constituyó el motor principal de crecimiento de la economía durante 2020. El producto de los sectores de alta tecnología creció más de 10% en 2021 y alcanzó los 237,000 millones de shekels, es decir, cerca de un billón de pesos. Esta cifra representó 15.3% del PIB de Israel.