Recientemente anunció que reducirá su plantilla en cerca del 15% de su fuerza laboral, lo que se traduce en cerca de 15,000 personas despedidas, además de que las perspectivas del segundo trimestre del 2024 fueron “más difíciles” de lo esperado.
A pesar de las decisiones de sus antecesores, el CEO de Intel, Pat Gelsinger, considera que tanto la fabricación de chips como la IA son las claves para recuperar la empresa de las malas decisiones.
“Inicié la estrategia de Intel hace más de dos años, y para la compañía la IA generativa supone un auge inesperado”, dijo a Wired recientemente. “Ha sido el terreno de Nvidia, pero somos la única empresa que de verdad tiene la oportunidad de participar en el 100% del mercado. Sabemos cómo conectar redes y memoria, cadenas de suministro y todos los otros elementos que los clientes desean aprovechar”.
En abril, la empresa presentó su nuevo chip destinado a impulsar grandes modelos de lenguaje, una tecnología fundamental para herramientas como ChatGPT, el cual se llamará Gaudí 3.
Este nuevo hardware, dijo la empresa, tiene más del doble de eficiencia energética y puede ejecutar modelos de IA una vez y media más rápido que el GPU H100, de Nvidia, el cual es uno de los más usados de la actualidad.
La meta de Intel con este nuevo chip es reducir la participación de mercado que tiene Nvidia en el mercado del hardware especializado en IA, que es de aproximadamente el 80%. Gaudí 3 estará disponible para los clientes en el tercer trimestre del año, aunque no especificó su rango de precios.
Además de los chips Gaudí 3, la compañía dijo que planea fabricar otros chip de IA en la nueva fábrica de Ohio, la cual se espera se inaugure en el 2017, algo que también aporta a los objetivos de rebalancear la industria de chips, que está focalizada en Asia.
Pero este contexto no es todo para Intel, pues la empresa dijo que cuenta con más de 20 clientes tanto para la segunda y tercera generaciones de Gaudí, además de que el chip de próxima generación, Falcon Shores, se lanzará a finales de 2025.
Estas innovaciones ponen a la empresa de nuevo en el radar, pues durante varios años Intel no tuvo el procesador adecuado para la industria de la IA; no obstante, ahora cuenta con una nueva forma de competir y se espera que tan solo este año, el negocio de centros de datos de la firma, en el que se incluyen los chips de IA, genere ventas de 13,890 millones de dólares.