La inteligencia artificial (IA) ha captado la atención de empresas de múltiples sectores, desde la industria manufacturera hasta los servicios financieros, generando debates en torno a su impacto en el futuro del empleo. Con la creciente adopción de esta tecnología, han surgido temores de que la IA sustituya todos los trabajos humanos, impulsados en parte por la imagen proyectada en la ciencia ficción. Sin embargo, diversos estudios y reportes consultados muestran que, si bien la IA transformará el mercado laboral, no reemplazará por completo la mano de obra humana.
Fidel Delgado, gerente coordinador de Business Advisory Office en Grant Thornton, señala que uno de los mayores malentendidos sobre la IA es la confusión entre inteligencia artificial generativa, automatización y aprendizaje automático. La primera se refiere a la capacidad de los sistemas de IA para crear contenido nuevo, como imágenes, texto o música, a partir de grandes cantidades de datos.
La automatización, por su parte, consiste en el uso de tecnologías para realizar tareas repetitivas de manera más eficiente y sin intervención humana; mientras que el aprendizaje automático (o machine learning) es una rama de la inteligencia artificial que permite a los sistemas aprender y mejorar de manera autónoma a partir de datos sin ser explícitamente programados para ello.
“Esto alimenta el mito de que la IA es más inteligente que los humanos, cuando en realidad los sistemas actuales no tienen la capacidad de razonar más allá de los datos con los que han sido entrenados. Aún estamos en una etapa temprana de la IA, y mucho de lo que se dice está más ligado al marketing que a la realidad”, afirma Delgado.
De hecho, el Índice de Madurez de la IA de Gartner 2023 revela que el 70% de las aplicaciones de IA son soluciones de nicho, diseñadas para resolver problemas específicos, lo que limita su capacidad de generalizar conocimiento o tomar decisiones en contextos ambiguos, algo que sigue siendo el dominio de la mente humana.