Helene ya es considerado el segundo huracán más mortal que ha azotado el territorio continental de Estados Unidos en 50 años, con más de 150 personas fallecidas, pero también ha impactado en una de las industrias más importantes para ese país: los semiconductores.
Actualmente, los fabricantes mundiales de chips tienen los ojos bien puestos en Carolina del Norte, uno de los estados en donde golpeó Helene, y donde también cerraron dos de las minas más grandes de cuarzo de alta pureza en el mundo, un material crítico para la elaboración de estos componentes.
Estas dos minas, según datos proporcionados por Bloomberg, se encargan de producir alrededor de cuatro quintas partes del cuarzo de alta pureza, y demuestran, una vez más, la fragilidad que existe en la cadena de suministro de chips.