La CURP biométrica incluiría datos como nombre, foto, lugar y fecha de nacimiento, firma y huellas dactilares, y se renovaría cada 15 años, sin embargo, la implementación de este documento abriría la exclusión de la población a programas sociales, además de representar un mayor riesgo de ciberseguridad, según expertos.
La R3D en defensa de los derechos digitales señala que existe ambiguedad en la recolección de estos datos lo que pondía en riesgo a las personas más vulnerables y abriría una brecha de exclusión para quienes no deseen usar este recurso, pues lo dejaría fuera de programas sociales.
Además uno de los mayores riesgos que se ve es que una base de datos biométricos tan grande puede ser flanco de ciberataques, lo que genera un problema mayúsuculo pues a diferencia de una clave de acceso, un biométrico no se puede cambiar.
“El 75% de los usuarios en América Latina considera que las herramientas biométricas son seguras, confiando en ellas como la única herramienta necesaria para autenticarse, lo que muestra una alta aceptación de esta tecnología en la región. Sin embargo, se advierte que las estafas y vulneraciones mediante deepfakes y técnicas como la "cara falsa" están en aumento, con pérdidas significativas para las instituciones financieras”, precisó Isabel Manjarrez, investigadora de seguridad en Kaspersky.
Si bien la biometría es ampliamente adoptada y reconocida como una solución efectiva para autentificar, no hay una garantía del 100% de que elimine por completo los casos de fraude. Por ello Májarrez insta a las organizaciones a no valerse de un solo tipo de filtro o verificación y agregar algunos otros métodos.
¿Qué riesgos tiene la CURP Biométrica?
Además de la exclusión y la atracción de ciberdelincuentes que trae consigo, esta normativa podría generar otras situaciones de riesgo para la ciudadanía.
Vulnerabilidad de los datos: Al centralizar toda la información biométrica bajo la Secretaría de Gobernación, se crea un punto único de ataque que podría ser vulnerado por ciberdelincuentes, con consecuencias graves dado que los datos biométricos no se pueden modificar o reemplazar una vez expuestos.
Riesgo de exclusión social: La obligatoriedad del registro implica la entrega de datos sin consentimiento, y puede llevar a la exclusión de servicios públicos para quienes no obtengan la CURP con foto, afectando especialmente a sectores vulnerables.
Vigilancia biométrica masiva: La centralización de los datos y la posibilidad de compartirlos sin controles adecuados incrementa las capacidades de vigilancia estatal, permitiendo potencialmente el monitoreo de actividades personales y restricciones a libertades de movimiento y asociación.
Expansión de la vigilancia gubernamental: La creación de la CURP con foto forma parte de un esfuerzo mayor, vinculado con el Sistema Nacional de Registro e Identidad, aprobado en 2023, que permite la transferencia de datos a cualquier entidad pública, privada o financiera sin supervisión.
Impacto en menores de edad: Aunque la inscripción es obligatoria solo para adultos, la ley permite a la Secretaría de Gobernación registrar biométricos de menores de edad sin salvaguardas claras, exponiéndolos a riesgos de privacidad.
Esta propuesta presenta similitudes con sistemas de identificación biométrica en otros países, como el caso de Aadhaar en India, que ha mostrado las posibles consecuencias negativas para personas en situación de vulnerabilidad.
La Suprema Corte de México también ha advertido sobre el riesgo de una recopilación masiva de datos biométricos, considerándola una grave intromisión a la privacidad. En un contexto de riesgo de abuso por parte de actores estatales y criminales, se considera que el proyecto debería revaluarse para proteger la seguridad y los derechos humanos de la población mexicana.