La primera muestra de este plan es el Proyecto Stargate, el cual se anunció ayer y prevé la inversión de hasta 500,000 millones de dólares en infraestructura durante los próximos cuatros años que dura su gobierno.
“Este proyecto no sólo apoyará a la reindustrialización de Estados Unidos, sino que también proporcionará una capacidad estratégica para proteger la seguridad nacional de EU y sus aliados”, comentaron OpenAI y SoftBank, principales socios de esta iniciativa, a través de una declaración conjunta.
Una inversión de este tipo es de suma importancia para empresas como OpenAI, que buscan mayor infraestructura para el entrenamiento de sus herramientas y así alcanzar sus objetivos de llegar a la Inteligencia Artificial General. No obstante, esto también implica un fuerte impacto al medioambiente .
El impacto ambiental de la IA con Trump
Como parte de su proyecto de gobierno, Trump ha hablado de un impulso a la extracción de petróleo y la producción de energía en el país, un tema central para la industria tecnológica, pues de eso depende la capacidad de entrenamiento de los centros de datos.
La IA tiene un fuerte componente energético, explica Adolfo de Unánue, líder de la Iniciativa de Inteligencia Artificial para el Valor Público de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey. Por lo tanto, la industria tecnológica tendrá en Trump un aliado para explotar fuentes de energía fósiles para alcanzar sus objetivos.
“Trump prometió una desregulación principalmente en la generación de energía, bajo el argumento de que estas condiciones les han impedido innovar”, señala el analista quien agrega que esta falta de obstáculos legales va a acelerar a un ritmo más veloz ciertas tecnologías, como la IA, en detrimento del medio ambiente.
Durante su primer periodo como presidente de los Estados Unidos, Trump se encargó de hacer cambios a las regulaciones climáticas estadounidense para anular las políticas orientadas a disminuir los efectos del calentamiento global. Para los siguientes cuatro años, apunta Unánue, esas iniciativas se van a reforzar.
Un ejemplo de esto, que llegó desde su primer día de regreso a la Casa Blanca, fue la derogación de la Ley de Reducción de la Inflación, una legislación climática firmada por Biden que canalizaba miles de millones en bonos fiscales para energías limpias, como la eólica y la solar.
A partir de estas posturas desregulatorias, comenta Unánue, la IA seguirá evolucionando e incluso lo hará a un mayor ritmo de velocidad con impactos importantes en uno o dos años en la industria militar, robótica y manufacturera, pero también afectará considerablemente al medio ambiente.