Sólo basta ver un mapa con las empresas de IA más relevantes para dimensionar esta situación. Aunque empresas como Google DeepMind están en territorio europeo, las principales apuestas en este tema se loclizan en China y EU, donde se pelean por las inversiones y el talento.
Mientras tanto, DeepSeek ha desafiado las expectativas sobre qué países pueden liderar en esta tecnología y ha reavivado el debate sobre la efectividad de los estrictos controles estadounidenses a la exportación de chips.
Más allá de intensificar la competencia entre Estados Unidos y China, estos acontecimientos evidencian un cambio profundo en la gobernanza tecnológica estadounidense, con una creciente concentración del poder en el sector privado para definir el desarrollo y la agenda tecnológica, marcada por la fragmentación e imprevisibilidad.
Esto también tiene implicaciones para Europa, especialmente debido a la postura del vicepresidente de EU, JD Vance, quien considera que las regulaciones europeas son un obstáculo para la innovación.
Además de los desafíos regulatorios y financieros, Europa enfrenta dificultades para retener talento y fomentar una IA ética y sostenible. En este contexto, la UE ha implementado la primera legislación mundial sobre inteligencia artificial, conocida como la Ley de IA, que busca equilibrar la innovación con la seguridad y el respeto a las libertades individuales. Esta normativa clasifica los sistemas de IA según su nivel de riesgo y establece regulaciones específicas para cada categoría con el objetivo de garantizar un desarrollo confiable y centrado en el ser humano. No obstante, muchas empresas consideran que esta legislación limita su crecimiento.
A pesar de estos avances, algunos analistas advierten que Europa podría quedar rezagada en la carrera de la IA debido a una posible sobrerregulación y una inversión menor en comparación con Estados Unidos y China. Encontrar un equilibrio entre regulación e innovación será clave para que Europa no pierda competitividad en este sector crucial.
"El avance de DeepSeek nos ofrece un vistazo a un futuro donde la IA será más accesible, asequible y omnipresente. A corto plazo, anticipamos un auge en su adopción, con desarrolladores y organizaciones explorando su potencial. Esto impulsará la proliferación de aplicaciones basadas en IA, desde chatbots y asistentes virtuales hasta herramientas de generación de contenido y análisis de datos", señaló Beerud Sheth, cofundador y CEO de Gupshup.
En paralelo, las exigencias de mayor responsabilidad por parte de las grandes tecnológicas han crecido en la última década, impulsando una ola de regulaciones y forzando a muchas empresas a replantear públicamente su papel en la gobernanza digital.
El año pasado, más de 20 empresas tecnológicas se comprometieron a abordar el uso engañoso de la IA en la selección de información. En conjunto, prometieron defender la integridad de las elecciones de 2024 y trabajar para fortalecer la confianza pública. Sin embargo, la declaración carecía de acciones concretas y métricas claras, aunque proyectaba una imagen optimista de rivales colaborando para proteger la democracia de la desinformación impulsada por IA.
Ese optimismo ahora parece lejano, con los gigantes tecnológicos compitiendo por influencia en un panorama político que, lejos de reforzar las barreras contra la desinformación, parece dispuesto a desmantelarlas.