¿En qué etapa está la región?
Datos de IDC señalan que el 60% de las empresas latinoamericanas usan nube híbrida, que en comparación con el uso global es muy alto, pues la consultora indica que la media global es de 35%. Las principales diferencias entre nube privada, local (soberana) e híbrida.
Las nubes privadas, utilizadas por bancos y grandes empresas como Bancolombia o Petrobras, ofrecen control total sobre los datos, una prioridad en sectores regulados, pero a un precio elevado y con limitada escalabilidad. En contraste, las nubes locales ganan terreno al permitir que los datos sensibles permanezcan dentro de las fronteras nacionales, reduciendo latencia y riesgos geopolíticos.
Proveedores como AWS en São Paulo o KIO Networks en México operan bajo este modelo, aunque aún dependen de tecnología extranjera. Mientras tanto, la nube híbrida actúa como un puente pragmático: datos críticos se guardan en servidores privados, mientras la IA y el análisis masivo se ejecutan en nubes públicas como Google Cloud.
La empresa de Mountain View por ello quiere implementar puentes.
“Hemos estado invirtiendo fuertemente en lo que llamamos workloads aseguradas, y lo que esto significa es que con Google Cloud proporcionamos residencia de datos para nuestros productos, por lo que puedes obtener almacenamiento regional, mantener los datos dentro de una región específica”, precisó Calder.
Este equilibrio explica por qué startups como Rappi o gobiernos como el de Chile optan por lo híbrido, aunque su gestión sea compleja. La región navega así un camino estrecho: quiere la soberanía de lo privado, la eficiencia de lo local y la flexibilidad de lo híbrido, pero sin invertir lo suficiente en infraestructura propia.
El resultado es un mapa fragmentado, donde cada país avanza a distinta velocidad, pero todos comparten un mismo riesgo: quedarse atrás en la carrera digital por no elegir con estrategia.