Lo que sí es común, agregó Partida, son retos asociados al envejecimiento, como la disminución de la agudeza visual, dificultades motoras o problemas de memoria.
Pero mientras la población de 50 años en adelante enfrenta desafíos para integrarse a la digitalización de manera plena, Saracho, advirtió que este grupo no solo crece en número, sino que también cuenta con poder de consumo.
“Las personas arriba de 50 años tienen en promedio 65% más tiempo libre que los menores. Esto las convierte en un mercado atractivo para entretenimiento, viajes y servicios de salud”, detalló Saracho.
Soy+ surgió como una alternativa que busca atender las necesidades de esta generación a través de una plataforma que reune contenidos especializados, que van desde salud hasta opciones educativas.
“Buscamos acompañar a los usuarios en salud física, mental y financiera, porque esas tres dimensiones definen una vida plena y longeva”, explicó Saracho, quien subrayó que con el envejecimiento poblacional esta necesidad será aún mayor en el futuro.
La oportunidad de la IA
Durante la pandemia, millones de adultos mayores adoptaron tecnologías digitales. Ese aprendizaje, sumado a la llegada de herramientas conversacionales, abre el camino para que los adultos mayores participen plenamente en la economía digital y la inteligencia artificial se perfila como un aliado clave para reducir el edadismo digital.
Wizeline destacó que los sistemas de IA pueden detectar que interactúan con una persona mayor y ajustar automáticamente la experiencia: ampliar tipografías, dar instrucciones claras, ofrecer asistencia audiovisual o simplificar procesos con comandos de voz.
“El futuro será conversacional. Podrás pedirle a la plataforma que reserve un hotel con la voz, sin necesidad de dar 14 clics. Eso acelerará la inclusión digital de esta generación” coincide Saracho.
Para Partida, los ganadores del cambio demográfico serán quienes entiendan que la tecnología evoluciona de manera impredecible, pero las necesidades humanas permanecen.
“Factores como la visión, el contraste, la motricidad fina y la memoria siempre influirán en el éxito de un producto. Si aumenta la proporción de usuarios vulnerables, estas condiciones deben considerarse aún más”, señaló.
El envejecimiento es inevitable y en 15 años, este grupo definirá las tendencias de consumo, ocio y entretenimiento. “El reto y el objetivo en la industria debería ser que lo hagan con plenitud y autonomía, y que las empresas entiendan que la inclusión digital no es un lujo, sino una necesidad”.