“Como sucedió con los cajeros automáticos, hubo una resistencia cuando se empezó a implementar como el esquema para cobrar dinero, pero la gente entendió que tenía que aprender a usarlo o se quedaba sin dinero, hoy sucede lo mismo con la IA, no podemos quedarnos sin aprender a usarla”, reflexionó Aguirre.
Los panelistas de ‘Las empresas como incubadoras de innovación’ coincidieron en que la región atraviesa una etapa de transformación profunda impulsada por la tecnología y el talento. La inteligencia artificial es el elemento transversal que define esta evolución.
“Prácticamente todas las industrias están adoptando IA”, señaló Gómez, quien añadió que esto tiene implicaciones directas en la cultura organizacional, donde la capacidad de adaptación se convierte en un diferencial competitivo y, al mismo tiempo, en una herramienta para atraer y retener talento.
Los empleados, enfatizó Aguirre, buscan compañías que inviertan en tecnología, que les permitan aprender y desarrollar nuevas habilidades. Las empresas que no incorporan tecnologías emergentes corren el riesgo de perder talento clave y rezagarse en eficiencia y competitividad.
Uno de los temas recurrentes fue la importancia de colocar al cliente en el centro. La innovación con impacto no surge desde la intuición corporativa, sino desde la observación constante de los usuarios y sus necesidades reales. Esto implica diseñar soluciones que mejoren la experiencia, eliminen fricciones y simplifiquen procesos.
“Las colaboraciones con aliados tecnológicos son un ejemplo de cómo este enfoque puede escalar y replicarse en mercados mayores”, precisó Borbón.
La adopción de tecnologías financieras, como pagos digitales, está permitiendo que miles de pequeños negocios reduzcan costos, optimicen el uso de capital y tomen decisiones más informadas.
“La tecnología no solo transforma a las grandes corporaciones, pues tiene un efecto multiplicador que democratiza oportunidades y acelera el crecimiento económico regional”, apuntó Gonzalo Tercero.
Otro punto en el que coincidieron los panelistas es que la innovación requiere liderazgo. Las grandes transformaciones no suceden si la alta dirección no adopta una visión abierta, flexible y orientada al futuro.
“Muchas de las ideas que hoy escalan y se convierten en productos nacieron en un rincón de la empresa, pero solo prosperaron cuando existió un compromiso real desde la cabeza de la organización”, indicó Borbón.