Este artista encierra la contaminación en cápsulas
En Nueva Delhi el calor es opresivo, con hogueras de residuos ardientes que atacan la nariz. En Sao Paulo y Beijing, una contaminación espesa cubre la ciudad y te irrita los ojos.
En Londres, los motores diésel de los taxis negros se han convertido en el ruido de fondo de la capital. Sin embargo, en las tranquilas costas de la isla noruega de Tautra el aire todavía es limpio y está delicadamente perfumado con pino.
Estos escenarios son centrales en el nuevo trabajo del artista británico, Michael Pinsky. Para Pollution Pods (cápsulas de contaminación), Pinsky recreó minuciosamente la calidad del aire, el olor y la temperatura de cada uno de esos lugares en una serie de cúpulas conectadas, ahora en exhibición en la ciudad noruega de Trondheim. Hasta el próximo 7 de julio, quienes visiten la instalación altamente sensorial de Pinsky harán un viaje virtual por el mundo, tras firmar un descargo de responsabilidad en salud.
La forma de las cápsulas de contaminación de Pinsky es una oda a Buckminster Fuller, el reconocido arquitecto que creó los domos geodésicos y escribió muchas cosas sobre el cambio climático. También es un guiño a los esfuerzos del arquitecto italiano Paolo Soleri, quien trató de crear una ciudad eco-utópica en el desierto de Arizona, en la década de 1970.
La instalación es la cúspide de Climart, un proyecto científico de cuatro años que busca encontrar cómo el arte visual puede cambiar las percepciones de la gente sobre el cambio climático. Liderado por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega, el proyecto escogió el trabajo artístico de Pinsky entre 120 propuestas globales.