Tú también puedes comprar como una reina
¿Alguna vez has soñado con vivir como una reina? La vida de la reina Isabel II del Reino Unido puede ser más accesible de lo que piensas.
Puedes comprar guantes como los que ella lleva, comer las salchichas que a ella le gustan o dormir en lujosas sábanas, como las suyas.
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Los bienes y servicios favorecidos por la monarquía británica son reconocidos con una ‘Royal Warrant’, un certificado de proveedor oficial que se traduce en la máxima marca de calidad. Hoy cientos de compañías e individuos pueden exhibir la codiciada distinción de trabajar "por designación de Su Majestad La Reina".
La mayoría están en una lista de la Royal Warrant Association, los guardianes de la Casa Real, y cada uno ofrece una visión de la vida detrás de las paredes del palacio.
Del control de plagas a las salchichas
No todos esos bienes y servicios son glamurosos, hay que decirlo. Hay caza-ratones, por ejemplo, entre varios servicios de control de plagas, y una empresa que gestiona "residuos líquidos". Parece que incluso las residencias reales tienen tales problemas.
Pero todos ellos requieren los más altos estándares para servir a la Corona y preservar el lujo que corresponde a una casa real.
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Hay conservadores, restauradores y canteros para conservar los tesoros pintados, esculpidos y tallados en siglos pasados. También hay joyeros, orfebres y plateros.
Todo negocio imaginable se encuentra entre los titulares de la Royal Warrant. Puedes retar al clima en una icónica gabardina Burberry, pues la compañía figura en la lista como “Impermeables” de la Reina. Puedes colgar la ropa en lujosas perchas acolchadas de terciopelo hechas por H&L Russel, especialistas en artículos para el hogar, clasificados como "Fabricantes de perchas de ropa".
Cuando se trata de comida, un monarca no necesariamente cena solo trufas y caviar.
Mientras que las salchichas favoritas de la reina incluyen las hechas por Musk, algunos de sus huevos vienen de Noble Foods. Y le gusta el café de HR Higgins, una empresa familiar con una tienda en Mayfair.
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Los poseedores de la distinción van desde artesanos hasta empresas multinacionales. Muchos de ellos, como John Lewis (Proveedores de Mercería y Enseres Domésticos) o Jeyes (Fabricantes de Productos de Higiene), son también populares entre el público británico.
La mayoría de las empresas son locales, pero hay algunas marcas extranjeras, incluyendo Elizabeth Arden, la empresa estadounidense de cosméticos.
Uno de los últimos poderes restantes
La historia de la Royal Warrant o concesión real se remonta a la época medieval. Los documentos registran que el rey Enrique II concedió una a la empresa de tejidos Weavers' Company en el año 1155.
Hoy, un comité de la Casa Real hace recomendaciones, pero todas las decisiones finales son firmadas por el otorgante - ya sea la Reina, el Duque de Edimburgo o el Príncipe de Gales.
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Siendo una decisión personal tomada por ellos y no por el Parlamento, es uno de los últimos poderes restantes de la monarquía.
Las concesiones o certificaciones se otorgan principalmente a comerciantes. Los servicios profesionales - abogados, contadores y médicos, por ejemplo - no califican.
La Royal Warrant reviste tanto honor que la Asociación recibe diariamente peticiones de empresas aspirantes. Sin embargo, tiene que haber una relación comercial estable, cinco años de relación dentro de los últimos siete, reconociendo de esa manera que algunas cosas pueden no necesitarse cada año.
El título solo se otorga inicialmente por un período de cinco años, y se revisa en el año anterior a su vencimiento. Y entonces puede ser ratificado.
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Los deshollinadores son de los servicios más socorridos. Milborrow, una empresa familiar en Sussex, sirve en ese aspecto al Castillo de Windsor, al Palacio de Buckingham y a la Clarence House, entre otras residencias de la Corona.
Ben Giddings de Milborrow dice que una Royal Warrant, como un sello de confianza, les ayuda a llegar a otros clientes: "No hay mayor acreditación u honor para una empresa que tener el sello de aprobación de la Familia Real."