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BMW y Alpina, ¿una de las relaciones más extrañas de la industria automotriz?

El otrora fabricante de máquinas de escribir rediseña vehículos de la marca alemana, con su bendición y su apoyo.
sáb 07 octubre 2017 07:30 AM
BMW y Alpina
Beneficio mutuo Cada una de las creaciones de Alpina es ensamblada por técnicos especialmente entrenados en las líneas de producción de BMW. (Foto: Alpina)

Nota del editor: John McIlroy es editor ajunto de Auto Express y Carbuyer. Las opiniones aquí expresadas son de su exclusiva responsabilidad.

(CNN) – Una de las relaciones más curiosas de la naturaleza es la que existe entre el pez piloto y el tiburón. El segundo podría tragarse al primero de un bocado, pero en vez de eso el enorme depredador permite que su diminuto compañero recoja la comida que queda entre sus dientes. El pez piloto obtiene una comida gratis y el tiburón un plan dental gratis.

Este acuerdo mutuo se reproduce, de alguna manera, en la industria automovilística. Específicamente, se parece a la relación entre BMW, un gigante global que fabrica más de dos millones de vehículos al año, y Alpina, una empresa familiar que produce una milésima parte de ese número.

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Los coches de Alpina son versiones re-diseñadas de modelos existentes de BMW. Vienen con diferentes configuraciones de motor y transmisión, así como cabinas a medida que llevan más cuero y un mayor margen para la personalización.

Uno podría esperar que BMW los viera con malos ojos (o que tratara a Alpina como un simple modificador). Pero, de hecho, cada una de las creaciones de la pequeña compañía es ensamblada por técnicos especialmente entrenados en las líneas de producción de BMW.

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Es más, para ayudarlos a prepararse para los próximos modelos, BMW facilita a los ingenieros de Alpina información secreta sobre planes de producto hasta con cuatro años de antelación. Y mucho después de que los autos han sido entregados a los clientes, la marca alemana otorga a los vehículos de Alpina las mismas garantías post-venta que cubren a sus propios vehículos.

Unión
Un motor Alpina.

Es una de las amistades más cómodas, más confiadas y francamente extrañas en la sanguinaria industria del automóvil.

Beneficios mutuos

Alpina comenzó como fabricante de máquinas de escribir, pero se centró en los automóviles cuando el fundador de la compañía, Burkard Bovensiepen, empezó a producir piezas para “tunear” los BMW a principios de los años 60.

El octogenario Bovensiepen todavía vive en una disimulada casa junto a la fábrica en Buchloe, Baviera, donde su piscina se calienta con los gases de escape del equipo que prueba los motores en la planta.

La visión de Bovensiepen para sus "automóviles exclusivos" (una frase que aparece en una placa dentro de cada Alpina) era que fueran más veloces y cómodos que los BMW normales.

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Y en eso consiste la relación inusual de las dos empresas, BMW no considera a Alpina un rival porque sus coches se venden en cantidades minúsculas y por ende no compiten directamente con su propia submarca de alto rendimiento, la M Division.

¿Qué obtiene BMW a cambio? Para empezar, es un flujo de ingresos: Alpina paga por la fabricación, el almacenamiento de vehículos y la logística. Y luego siempre existe la posibilidad de que los ingenieros de Alpina ideen algo que beneficie a toda la gama de BMW. La pequeña compañía ya le ha licenciado a su gigante colaborador tecnología de escape y de caja de cambios.

Pero sobre todo, Alpina es lo suficientemente flexible, lo suficientemente personal y lo suficientemente exclusiva para mantener contento a un pequeño club de clientes súper exigentes de BMW. Éstas son personas que, con toda probabilidad, comprarían otra marca si la oferta distinta de Alpina no estuviera disponible.

Estos clientes pueden visitar la fábrica, hablar con los ingenieros e incluso ver cómo su volante de cuero es cosido a mano. Lo cual, afirma Alpina, hace que las piezas sean más cómodas que si hubieran sido cosidas a máquina.

Expansión limitada

La gama de Alpina va desde el sedán más pequeño de BMW, el Serie 3, hasta la limusina Serie 7 e incluso la SUV X3. Ofrece motores de gasolina y diésel, y los jefes de la compañía están abiertos a adoptar la tecnología híbrida en el futuro.

Bovensiepen ha cedido el control diario de la empresa a sus hijos, aunque todavía se interesa en ella cuando no anda ocupado con su exitoso negocio de importación de vino.

Diseño
Los técnicos de Alpina ponen a mano el cuero en los volantes.

La empresa va bastante bien sin él, ha recuperado terreno en regiones clave como Japón y Alemania después de la crisis financiera mundial, mientras se expande hacia nuevos territorios como Australia y, más importante, China.

Alpina también rediseña un número respetable de unidades en Estados Unidos (aunque, en otra peculiaridad de su existencia, los coches de Alpina en el mercado americano son comprados de vuelta por BMW y son vendidos a través de la propia red del gigante germano).

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Pero una mayor expansión será difícil. La falta de espacio en la fábrica de Alpina limita la capacidad, al igual que el número de espacios disponibles en las líneas de producción de BMW. Y la familia Bovensiepen no piensa cambiar de BMW a otra marca en el corto plazo, a pesar de las insistentes propuestas de marcas japonesas, sobre todo Toyota.

Aunque es posible que las cifras aumenten con el tiempo, es difícil imaginar que la producción anual supere con mucho la marca de las 3,000 unidades. Después de todo, Alpina es una marca sostenida y asegurada por su propia exclusividad. Y por definición, su producción actual se adapta perfectamente a BMW.

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