El desnudo y la censura artística: Modigliani
Este año se celebra el centésimo aniversario de una exposición de pinturas del artista italiano Amedeo Modigliani en la galería Berthe Weill en París. La exposición, que mostraba una serie de desnudos, escandalizó a algunos y fue clausurada a las pocas horas de su apertura. El comisario de policía en aquella época se había sentido ofendido por la representación del vello púbico.
"Realmente impactó a la gente", explica Nancy Ireson, una de las curadoras de una nueva exposición de Modigliani en el museo Tate Modern, "y algunas de las pinturas tuvieron que retirarse".
Desafío a las tradiciones
Para nuestros ojos contemporáneos, las mujeres con vello de Modigliani apenas escandalizan, de hecho, sus poses revelan a un pintor dominado por la elegancia y el clasicismo. Sin embargo, al rechazar los tradicionales desnudos ‘lampiños’ de la antigüedad, Modigliani atacaba el orden social, y en esto, no estaba solo.
Modigliani era parte de un grupo radical de artistas de la Belle Époque que querían subvertir las convenciones culturales, y ¿qué mejor manera de hacerlo que forzando a las personas a confrontar la forma en que se ven a sí mismas?
Algunos pintores, como Modigliani, lo hicieron apegándose a los hechos, otros, como Picasso, desgarraron el cuerpo y lo reconstruyeron para el mundo moderno. El desnudo se había convertido en un tema de desafío y competencia.
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Si uno suscribe el aforismo de que el sexo no es sexo, sino poder, Ireson sugiere otra razón por la cual los desnudos de Modigliani fueron tan impactantes: "Estas mujeres son abiertamente sexuales y eso realmente se relaciona con la manera en que las mujeres estaban perturbando a la sociedad en ese momento. Estas pinturas se hicieron durante la Primera Guerra Mundial, cuando más mujeres trabajaban, más mujeres vivían independientemente... verdaderamente hay una ansiedad social por eso".
Censurar el desnudo
Así comenzó una era dorada del desnudo en el arte occidental, aunque no sin censura. En 1912, el pintor austríaco Egon Schiele pasó 24 días en la cárcel condenado por inmoralidad en relación con cientos de bocetos de la figura desnuda, y los artistas Otto Dix y George Grosz fueron llevados a juicio por obscenidad en la década de 1920. Otros preferían la autocensura en vez de los tribunales. The Rape, de René Magritte, estaba oculta detrás de una cortina de terciopelo cuando fue expuesta por primera vez en Bruselas en 1934, y solo los simpatizantes surrealistas podían verla. Para Modigliani, sin embargo, la censura de sus desnudos no ayudó a las ventas: murió joven y sin un centavo en 1920.
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Con todo, a pesar de todos los problemas que la censura causó a estos artistas hombres, su reputación fue rehabilitada y fueron celebrados luego como transgresores, incluso visionarios. Sus desnudos fueron elogiados como sexualmente valientes, crudos y sin restricciones. No puede decirse lo mismo de las mujeres artistas que surgieron a raíz de esa floreciente autonomía femenina.
Contra la Censura
En la década de 1960, las artistas feministas comenzaron a presentar el desnudo desde una perspectiva femenina, reflejando los deseos sexuales de una mujer. Artistas como Joan Semmel, Judith Bernstein, Dorothy Iannone, Betty Tompkins, Anita Steckel y Penny Slinger se apropiaron de la pornografía para presentar una narración diferente a la promovida por la industria del sexo. Hubo, inevitablemente, censura, y tuvo un efecto debilitante en sus carreras.
La obra de Slinger fue quemada por funcionarios de aduanas en 1978, Bernstein se vio obligada a defender sus representaciones gráficas de genitales, mientras que Steckel se encontró a merced de los censores cuando intentaron cerrar su exposición de desnudos en el Rockland Community College, en Nueva York. El comité de la universidad se opuso a la inclusión de imágenes de penes erectos. En respuesta, Steckel formó The Fight Censorship Group (El grupo de lucha contra la censura), y publicó una declaración que decía: "Si el pene erecto no es lo suficientemente sano como para entrar en un museo, no debe considerarse lo suficientemente sano para entrar en las mujeres. Y si el pene erecto es lo suficientemente sano como para entrar en las mujeres, entonces es más que sano para entrar en los mejores museos de arte".
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Al igual que Steckel, Tompkins e Ianonne descubrieron que la mejor manera de enfrentar la censura era a través de un enérgico reproche. Las pinturas fotorrealistas de Tompkins tomaron su tema de las revistas pornográficas hardcore. Cuando una de estas pinturas fue confiscada mientras se dirigía a Francia para una exposición, la respuesta de Tompkins fue crear una serie de dibujos sexualmente explícitos de gran formato, en los que la palabra "censurado" cubría el área ofensiva. De igual forma, cuando en 1970 la galería Kunsthalle Bern intentó cubrir los genitales en las pinturas de Ianonne, ella respondió con un trabajo que detallaba el escándalo y nombraba a los protagonistas involucrados.
Sorprendentemente, para estas artistas mujeres, los enfrentamientos con la ley no se tradujeron en notoriedad -como sí pasó con sus colegas hombres- sino en oscuridad, y algunas de ellas dejaron de exponer por completo. No obstante, el mundo ha cambiado en los últimos diez años, y artistas como Iannone y Tompkins están atravesando un resurgimiento gracias a un grupo de curadores y artistas más jóvenes que están empezando a entender cómo estas artistas feministas pioneras desempeñaron un papel crucial al crear la actitud positiva hacia el sexo que existe hoy en los medios.
A través de sus representaciones valientes y sin concesiones del desnudo, las hojas que cubren las partes pudendas finalmente han caído.
La exhibición "Modigliani" estará en el Tate Modern hasta el 2 de abril de 2018.