Así le cambió la vida a Stormy Daniels el escándalo de Trump
Una avioneta mostró un anuncio promocional sobre un cielo oscuro el sábado por la tarde.
"Stormy Daniels en vivo esta noche en Solid Gold Pompano”, decía en grandes letras negras.
El viento soplaba y las gotas de lluvia lenta y pesada comenzaron a caer cuando los bañistas recogieron sus pertenencias para buscar refugio, algunos de los cuales se rieron entre dientes mientras tomaban fotos de la pancarta.
Estaba a punto de ponerse tormentoso.
Unas horas más tarde, la lluvia había pasado. Pero Stormy Daniels estaba en pleno apogeo, conociendo a sus fanáticos en la suite presidencial del club de striptease Solid Gold.
nullSi el entorno lo encontraba absurdo, fue de las pocas cosas que no mostró este fin de semana mientras daba cuatro shows en el club de striptease al sur de Florida, el cual está equipado con jacuzzis, un restaurante y terraza.
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La actriz porno y bailarina exótica de 38 años, que se encuentra en medio de una batalla legal para anular un acuerdo de confidencialidad con el presidente Donald Trump sobre una supuesta relación que tuvieron hace más de 10 años, no es tímida sobre el hecho de estar aprovechando la situación en la que se encuentra.
"Si alguien se te acerca y te dice: 'Oye, te pagaré el cuádruple por el trabajo que has estado haciendo’, nadie va a decir que no", le dijo Daniels a CNN en una entrevista entre actuaciones este viernes por la noche.
Para Daniels, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, su gira de compromisos en clubes de striptease en todo el país es solo una extensión de lo que ha estado haciendo durante 18 años: actuar, escribir y dirigir porno, y presentarse en clubes de todo el país. Es rápida para recordarles a los que son nuevos en su mundo, que en la comunidad de entretenimiento para adultos, ella es una celebridad de buena fe.
"Soy una de las directoras de películas para adultos más exitosas en el negocio. Tengo un contrato que ha estado vigente por varios años. De hecho, recién renegocié y obtuve uno nuevo y conseguí un aumento", dijo bajo la atenta mirada de su asistente omnipresente, Michaela Catando, y un equipo de hombres de seguridad corpulentos que ahora viajan con ella en todo momento.
Pero no había dudas acerca de los rumores y la publicidad que rodeaban a Daniels en el Solid Gold, ubicado en una zona industrial ligeramente aislada a unos 40 minutos al sur del club de Donald Trump, Mar-a-Lago. Un miembro del equipo de seguridad describió a la clientela como de nivel superior, de "cuello blanco".
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En su página de Facebook, el club publicitó los shows diciendo "nosotros, la gente de los Estados Unidos, presentamos a Stormy Daniels, esta chica retoma la gira mundial del señor presidente".
Las pantallas alrededor del club anunciaron la actuación de Daniels con reveladoras fotos y el lema "#MAGA - Make Adult Great Again" en las horas previas al evento principal, mientras las bailarinas del club entretenían a los clientes en el escenario principal. El equipo de Daniels se apresura a señalar que los clubes hacen su propia publicidad sin su participación y que la actuación de Daniels no menciona al presidente.
Alrededor de una docena de miembros de los medios esperaban la llegada de Daniels este viernes por la noche, bañándola con flashes de paparazzis mientras sus guardaespaldas la ayudaban a salir de una SUV negra.
El show de Daniels
En los actos de Daniels, ella ingresa al escenario principal con un disfraz de Caperucita Roja que consiste en una capa de lentejuelas rojas y unos shorts muy cortos, o un corsé inspirado en la Mujer Maravilla con una capa larga.
Las canciones de sus shows son clásicos del rock que combinan con la temática, como el clásico de The Meteors de 1984 Little Red Riding Hood o la versión de Lenny Kravitz de la canción de The Guess Who, American Woman.
"Caperucita Roja, seguro te ves bien. Eres todo lo que un gran lobo malo podría querer", cantan los Meteors mientras Daniels salta por el escenario como la niña del cuento de hadas.
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En minutos, sin embargo, Daniels ha eliminado las múltiples capas de su traje intercaladas con movimientos que muestran su flexibilidad. Cada acto termina con ella girando sobre una manta de lana negra, rociándose a sí misma y a los clientes con líquido de una botella.
"Dios bendiga a América", grita el DJ durante el show de Daniels. "¡Bienvenido a Estados Unidos de América, con la Declaración de Derechos y la libertad de expresión!"
"Presidente Trump"
A primera vista, Gregory Leznevich, de 58 años, fundador de la firma consultora de negocios Elite Advisors Group y cliente regular de Solid Gold, parece un imitador de Trump, especialmente cuando está vestido con un traje y una corbata roja.
Alto, con ese inconfundible cabello rubio y peinado al estilo de Trump, Leznevich, quien también es originario de Nueva York, incluso tiene un bronceado similar. Cada pocos minutos la gente en el club lo detenía para estrechar su mano, algunos incluso le agradecían al "presidente Trump" por su trabajo.
"Stormy bromeó cuando me vio por primera vez, 'Dios mío, me trajiste recuerdos'", dijo Leznevich.
Para un club que promueve el trabajo de una mujer cuya historia amenaza la presidencia no solo en términos legales sino también políticos,
Leznevich fue uno de los incondicionales seguidores de Trump que aprobaron no solo la actuación de Daniels, sino también su lucha por contar su historia. .
"Creo que Stormy tiene derecho a hacer lo que quiera", dijo Leznevich. "Si es verdad lo que dice, estoy 100% con ella. Creo en los derechos de las mujeres y creo en que hagan lo que tengan que hacer".
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Apoyo
Otros vinieron específicamente a ver a la mujer que esperaban que pusiera fin a la presidencia de Trump.
Eric Olsen, de 64 años es un maestro de secundaria, tomó un vuelo de última hora desde Dallas para ver el espectáculo.
"Ella es parte de la historia, una parte escandalosa, pero parte de la historia. Quería verla en persona", dijo Olsen.
"Enseño historia de Estados Unidos a través de la literatura, y creo que gran parte del país ha perdido integridad, especialmente nuestro presidente. Se trata de una distracción, y creo que sería poético ver a Stormy, esta gran distracción, tener un impacto”.
El show del sábado atrajo a más mujeres de las que el equipo de Daniels está acostumbrado a ver en un club de striptease. Hubo un momento en el que había más mujeres que hombres alineadas en el escenario, intentando tener unos momentos con Daniels y metiendo algunos billetes en su ropa interior o literalmente pegándolas en su cuerpo.
Daniels se deleitaba al actuar para las mujeres, soplar besos, abrazarse, tomarse de las manos y tener conversaciones cortas imposibles de entender por la música explosiva, pero diciendo claramente "gracias".
Nivia Kiernan, una estudiante de 27 años que estudia para ser asistente médica, era una de esas mujeres.
"A las mujeres nos encanta animar a otras mujeres y nos encanta impulsarlas", dijo cuando se le preguntó por qué había ido a ver a Daniels.
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Relación de oro
La conexión de Trump en el club va más allá de la supuesta relación de Daniels. Michael J. Peter, gerente general de la cadena de clubes de striptease Solid Gold y otras marcas, dice que suele hacer negocios con Trump.
"Hicimos negocios durante dos o tres años", dijo Peter, quien fue uno de los pioneros de la tendencia más exclusiva del "club de caballeros".
En una entrevista, Peter dijo que ayudó a organizar una fiesta para Trump hace más de dos décadas presentando a 12 de sus bailarinas y casi firmó un contrato con Trump para abrir un club en su casino de Atlantic City, pero que la relación se agrió por disputas contractuales y facturas sin pagar. La organización de Trump no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre la historia de la compañía con Peter.
"Trump y yo nos separamos de forma hostil, no pudimos llegar a un acuerdo", dijo Peter. "En cualquier caso, Stormy también es una vieja amiga mía".
Cuando Daniels se reunió con sus fans entre presentaciones en la suite presidencial, dijo que los trolls de internet la tienen sin cuidado.
"He estado en el negocio del entretenimiento para adultos durante 17 años, así que para pasar tanto tiempo en este negocio tienes que tener una piel realmente resistente, así que la mayor parte de los comentarios no me afectan porque se tratan de una opinión”.
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Daniels se encuentra constantemente en el límite entre tomar ventaja de su recién descubierta fama y evitar hablar específicamente sobre Trump, aunque sus fanáticos lo sacan a relucir constantemente.
Este viernes, incluso alguien trajo dos copias del Art of the Deal de Trump para que Daniels lo firmara.
Al preguntarle si tenía un mensaje para el presidente, Daniels se puso las manos en las caderas, ladeó la cabeza, frunció los labios y sonrió.