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La boda real entre el príncipe Enrique y Meghan Markle

El arzobispo de Canterbury declaró marido y mujer al príncipe Enrique y la actriz estadounidense Meghan Markle, en un enlace que dio un barniz de glamour hollywoodense a la monarquía británica.
sáb 19 mayo 2018 08:39 AM
Recién casados
Recién casados Al acabar la ceremonia, la pareja se besó en las escaleras de la iglesia, en el momento más celebrado del día. (Foto: POOL/REUTERS)

Llegó el esperado día.

Este sábado, el príncipe Enrique contrajo nupcias con la actriz estadounidense Meghan Markle, en el evento aristocrático más importante del año.

La unión de los ahora duques de Sussex se hizo oficial cuando el arzobispo encargado de la ceremonia dijo estas palabras:

"En la presencia de Dios, y ante esta congregación, Enrique y Meghan han dado su consentimiento y se hicieron sus votos de matrimonio el uno al otro. Ellos han declarado su matrimonio por la unión de sus manos y por la entrega y recepción de los anillos. Por tanto, los proclamo marido y mujer".

Votos matrimoniales
La pareja será conocida ahora como ahora los duques de Sussex.

Frente a familiares y amigos que los acompañan en la capilla de San Jorge, el príncipe Enrique y Meghan Markle intercambiaron los tradicionales votos matrimoniales:

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Luego, los ya esposos salieron de la capilla y entre ovaciones se besaron.

La ceremonia comenzó a las 12:00 horas local y la capilla estaba adornada con rosas blancas, la flores favoritas de la difunta madre de Enrique, la princesa Diana.

El matrimonio incorpora a Markle, tres años mayor que Enrique y nacida Los Ángeles, en una de las más importantes familias reales del mundo.

La flamante duquesa de Sussex, de 36 años, optó por un traje de corte sencillo, moderno y elegante que ensalzaba su figura, con escote de barco, mangas tres cuartos, cola y un velo muy largo con bordados en los extremos. Meghan llevaba también unos zapatos Givenchy y una tiara de diamantes de 1932, prestada por la reina Isabel II, abuela del príncipe Enrique.

El novio vestía por su parte el uniforme de gala de los Blues and Royals, un regimiento de la caballería real.

La moda presente
Conforme al deseo de Meghan, el velo, de cinco metros de largo, está bordado de flores que representan los 53 países de la Commonwealth.

Si bien la ceremonia incorporó las tradiciones de una monarquía cuya historia se remonta a 1066, Markle trajo un halo de modernidad. Para empezar, no juró obedecer a su esposo.

Enrique, a diferencia de otros miembros de la realeza masculina, llevará un anillo de bodas; y un obispo episcopalista negro de Estados Unidos, Michael Bruce Curry, pronunció un apasionado discurso nupcial en que citó al líder negro de los derechos civiles de Estados Unidos, Martin Luther King.

"Cuando el amor es el camino, en realidad nos tratamos como si fuéramos realmente parientes", dijo.

La boda tuvo toques del mestizaje que encarna la pareja, como el encendido sermón sobre el amor del obispo estadounidense Michael Curry, que concluyó citando al líder negro de los derechos civiles Martin Luther King, o la versión de la canción "Stand By Me", de otro King, Ben E., a cargo de un coro de góspel.

"¡Tenemos que descubrir el amor, el poder redentor del amor! (...) ¡Hermano, hermana, os quiero!", aseguró el pastor, entre las risitas incrédulas de algunos miembros de la familia real, como la princesa Beatriz, prima del novio.

La afroamericana Karen Long, que escuchó entre la multitud en Windsor la ceremonia, fue una de las personas que apreciaron el encendido discurso del obispo.

"Fue un momento para los afroamericanos", dijo Long, que vino desde Houston con su hermana y un grupo de amigos. "La idea de que Harry lo permitió y lo reconoció, fue una mezcla perfecta entre la cultura de ella y la monárquica".

Horas antes, la reina Isabel otorgó el título de duque de Sussex a su nieto, un paso que implica que la estrella del drama televisivo "Suits" se convirtió en duquesa al casarse con Enrique.

Desde unas tres horas antes de la boda comenzaron a llegar los invitados, entre ellos celebridades como Amal y George Clooney, David y Victoria Beckham, Oprah Winfrey y más, así como miembros de la familia real y de la aristocracia británica.

Lee: La fiebre de la boda real llega al café, de la mano del ‘Megharryccino’ .

Windsor es el castillo habitado más antiguo y más grande del mundo. Es la residencia oficial de la reina Isabel II, quien pasa la mayor parte de sus fines de semana allí.

La capilla tiene una capacidad de alrededor de 800 personas.

Al finalizar la boda, los recién casados recibieron a 200 representantes de la caridad del príncipe Enrique fuera de la capilla.

Luego dejaron el castillo de Windsor en un carruaje para una procesión de unos 3 kilómetros, viajando a lo largo de High Street a través de la ciudad de Windsor, antes de regresar al castillo por el Long Walk.

Tras la procesión, la pareja y los invitados llegaron a una recepción ofrecida por la reina Isabel II en el St. George's Hall, en los campos del castillo, para concluir con los eventos públicos del día.

Lee: El discreto papel de las Fuerzas Armadas en la boda real.

El momento final que el público compartirá será cuando la novia y el novio salgan del recinto del castillo para una recepción nocturna más pequeña, para unos 200 amigos y familiares, organizada por el príncipe Carlos, padre de Enrique, en Frogmore House, una casa de campo al sur del castillo de Windsor.

Emoción por una boda real

En las calles de Reino Unido se organizaron fiestas vecinales, al amparo del buen tiempo, y el día acabará bien regado por la muy graciosa concesión de permitir que los pubs cierren más tarde que lo habitual.

Algunos optaron por ver la boda en complejos cinematográficos.

Canadá
En Toronto algunos vieron la boda en un teatro de la ciudad.

"Es un momento en el que todos podemos celebrar el renacimiento de la familia real", dijo Kenny McKinlay, de 60 años, que había venido de Escocia para la boda. "Es un momento en el que toda la nación puede unirse en lugar de dividirse. Es un día en que puedes estar orgulloso de ser británico".

Para algunos británicos, la boda de un miembro de la familia real con una divorciada cuya madre es afroamericana y su padre es blanco encarna un país moderno en el que la raza o los antecedentes no son obstáculo, incluso en las instituciones más elitistas y tradicionales.

Para otros, se trata de un evento irrelevante o una distracción del cisma del brexit, que ha dividido profundamente al Reino Unido; las encuestas sugieren que la mayoría de los británicos no vio la ceremonia por televisión.

Con información de CNN en Español, AFP y Reuters.

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