Tres pasos para aproximarse al futuro
Según Candy, muchas personas actualmente se encuentran atrapadas en la rutina diaria, y la opción de reflexionar en el largo plazo, más allá del ensueño, les significa un privilegio.
Con más razón, pensar en futuros, así en plural, se convierte más que en un privilegio, en un lujo inaccesible. Entonces surge la paradoja: la previsión está al alcance de quien quiera hacerla, pero finalmente se convierte en algo casi inalcanzable.
Todos podrían realizarla, pero pocos cuentan con el contexto adecuado para llevarla a cabo con el nivel de rigor requerido. Candy considera que es necesario acortar la brecha.
En este sentido, compartió un método de tres pasos útil para cualquier persona con el interés de visualizar escenarios del futuro.
Primeramente, es preciso entender el futuro como un lugar de diferencia, porque cualquier cosa que llegue a pasar mañana está ligada con un tipo diferente de mundo que empieza a gestarse desde el hoy. Dicho de otra manera, se trata de identificar tendencias actuales y luego desarrollarlas mentalmente.
“La segunda dimensión es la diversidad. Sabemos que el futuro va a ser diferente, pero no podemos saber exactamente cómo. Puede ser diferente en maneras diversas. En la práctica, este esquema resulta muy útil para generar una estrategia en todo tipo de organizaciones”, expresó.
Sin embargo, hasta aquí el punto de vista sigue siendo académico, sin implicaciones en la sensibilidad de la población en general. Candy comprendió esto después de haber colaborado con instituciones gubernamentales en la instrumentación de políticas relacionadas con el futuro.
“Me di cuenta de que aunque el trabajo fuera bien hecho por expertos, no necesariamente tenía resultados prácticos. Sin importar el número de reportes, escenarios y pronósticos, simplemente no llegaban al corazón de las personas."
Justamente para influir más en la comprensión de la gente, Candy propone la profundidad, tercera dimensión a tener en cuenta en el estudio del futuro. Esto tiene que ver con no solamente conjeturar, sino con sentir el porvenir, como si ya hubiera ocurrido.
“Considerar cambios en abstracto, a un nivel teórico alto, es una cosa, pero ¿cómo se traduce eso en la sensibilidad de las personas? Tenemos que tratar no sólo de pensar, sino de sentir el futuro si realmente queremos discernirlo completamente. De esto trata la profundidad del pronóstico”, afirmó.
Estas reflexiones han llevado a Candy a desarrollar propuestas gráficas de futuros experienciales, así como la del garrafón, la caja de chicles o el bebé, para que con un solo golpe visual la gente pueda captar los posibles futuros que se avecinan.
Sólo el tiempo dictaminará, como juez infalible, cuáles de los escenarios representados se convertirán en realidad. Mientras eso no pase, Candy sintetiza su labor profesional con la siguiente frase:
"El ideal es experimentar el futuro antes de que suceda."