¿Por qué los atletas olímpicos muerden sus medallas?
¿Es verdad que los atletas muerden sus medallas para comprobar la autenticidad del metal? Aunque eso es lo que se cree, la realidad es otra. Te contamos más.
Durante los Juegos Olímpicos, así como otras competencias deportivas de élite, es común ver a los ganadores morder sus medallas, pero ¿por qué hacen esto? ¿Será que tratan de comprobar la veracidad del oro? La respuesta corta es que no.
Te explicamos el origen de esta tradición y datos sobre las medallas olímpicas.
Las medallas olímpicas de oro no son de este metal dorado al cien por ciento, pues están elaboradas con 449g de plata, y 6g de oro. La primera vez que se otorgaron medallas de oro sólido real a los atletas fue en 1904, aunque con un tamaño menor al usual. Sin embargo, para las Olimpiadas de 1912, y el inicio de la Primera Guerra Mundial, puso fin a la entrega de persas de este material.
El tamaño, forma y composición de las medallas son determinadas por el Comité Olímpico Internacional. Este año, el país anfitrión trabajó en el diseño junto con Chaumet, una empresa del Grupo LVMH y Socio Premium de París 2024.
Para París 2024, cada medalla olímpica y paralímpica está adornada con una pieza de hierro original de la Torre Eiffel, que ha sido sometida a numerosas reparaciones desde su construcción entre 1887 y 1889. Chaumet es una casa francesa de joyería y relojería de lujo mundialmente conocida por su artesanía, y fue la encargada del diseño de las medallas en este año.
¿Por qué los atletas muerden sus medallas?
Aunque en la antigüedad, la acción de morder cosas brillantes y de oro remonta a los vendedores que usaban esta técnica para verificar la autenticidad de las monedas o piezas. Al morder una moneda de oro, quedaban marcas, mientras que si eran mezcladas con otros metales, eran más sólidas.
Si las medallas no son de oro, ¿por qué los atletas las muerden? Básicamente, por tradición y por ser una pose atractiva para fotografía. “Se ha convertido en una obsesión para los fotógrafos”, dijo a CNN David Wallechinsky, presidente de la Sociedad Internacional de Historiadores Olímpicos. Actualmente puede verse esta pose con todas las medallas, no particularmente con la de oro.
"Creo que lo ven como una toma icónica, como algo que probablemente se pueda vender. No creo que sea algo que los atletas probablemente harían por su cuenta", explicó Wallechinsky. Incluso, el medallista David Moeller, quien ganó una de plata en los Juegos Olímpicos de Invierno durante 2010, se rompió un diente al hacer esta pose.